SpaceX ha presentado una solicitud para operar 30.000 satélites, que se sumarán a otros 12.000 ya previstos, confirmaron este miércoles la compañía espacial estadounidense y una agencia de la ONU.
La Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense (FCC) envió el 7 de octubre a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en Ginebra, 20 solicitudes, cada una por 1.500 satélites, confirmó a la agencia de noticias AFP Alexandre Vallet, jefe de servicios espaciales de la UIT.
Los 20 documentos pueden consultarse en el sitio web de la UIT, que coordina a nivel mundial el espectro de frecuencias de radio y las órbitas asignadas a los satélites.
Un portavoz de SpaceX no confirmó directamente el número de satélites pero dijo que la empresa tomó “los pasos para desarrollar la capacidad total y la densidad de datos de la red Starlink para cubrir el crecimiento de las necesidades anticipadas de los usuarios”.
Starlink conformará una constelación de minisatélites que proveerán acceso a internet de alta velocidad en la Tierra.
Orbitarán a una altura relativamente baja (550 km, los primeros), lo que permite un tiempo de respuesta rápido.
SpaceX lanzó los primeros 60 satélites en mayo, y dijo que la constelación estará operativa el año próximo para Canadá y Estados Unidos.
Según la empresa, se precisarán otros 24 lanzamientos para cubrir al resto de las zonas pobladas del mundo.
Unos 2.100 satélites activos orbitan hoy alrededor de la Tierra, sobre cerca de 23.000 objetos en órbita que han sido catalogados (satélites inactivos, etapas de cohetes, basura espacial, entre otros).
Cabe destacar que la perspectiva de agregar 42.000 objetos más genera una doble inquietud.
Por una parte, los astrónomos temen que esta constelación de satélites artificiales arruine las observaciones con telescopios desde la Tierra. Lo anterior, debido a que cuando el primer conjunto de satélites fue puesto en órbita, varios astrónomos fotografiaron una sucesión de puntos brillantes.
SpaceX dijo que los futuros satélites tendrán su base pintada de negro para evitar ese fenómeno, y que de ser necesario ajustará las órbitas de sus satélites para no perjudicar el trabajo de los astrónomos.
La segunda preocupación es una posible congestión de la órbita baja terrestre, es decir, el espacio donde circulan objetos a 2.000 km o menos de altura.
SpaceX dijo que 3 de sus 60 primeros satélites, el 5%, estaban fuera de servicio un mes después de su lanzamiento, pero que está a la vanguardia en sistemas para mitigar la generación de escombro espacial y que puede “desorbitar” de forma responsable a esos aparatos para evitar colisiones.
Un incidente el mes pasado, sin embargo, dejó en evidencia que el procedimiento para bajar los satélites fallidos todavía no está a punto para ser aplicado.