Hay mujeres que tienen los logros profesionales que muchos envidiarían, son inteligentes, destacan, para algunos perfectas. Sin embargo, el amor puede ser esquivo con ellas y cupido parece haberse perdido en el camino cuando les iba a lanzar una flecha.
Pese a destacar por ser inteligentes y exitosas, sus elecciones en el amor no siempre son apropiadas o no tienen opción de encontrar un buen ejemplar en el género masculino, porque como indicó alguna vez Jennifer Aniston, los hombres no se les acercan.
La pregunta es ¿por qué si están en la cima, no hay hombres que las amen de verdad? la pregunta muchos se la hicieron y aquí hay algunas respuestas
El “Efecto Clooney”
Cuando Geoge Clooney conoció a Amal, la exitosa abogada de derechos humanos de origen libanés no sabía si ella querría salir con él, pese a que constantemente aparecía en las listas de los hombres más codiciados del mundo.
El actor contó a David Letterman en su programa de Netflix “No necesitan presentación” que la forma en que se aproximó a la abogada fue con sencillos correos electrónicos enviados a nombre de su perro “Einstein”, que solicitaban un abogado porque vivía prisionero de Clooney.
De esa forma, comenzó a conquistar a la también inglesa, a quien vio mientras rodaba una película en Londres. La invitó al set, en Abbey Road, con una gran orquesta de 150 músicos, para impresionarla. Sin embargo, ella le dijo que no iría, porque estaba ocupada trabajando tratando que los Hermanos Musulmanes se hicieran responsables de algo, momento en el que Clooney dijo, “bueno, ella está en algo realmente importante y nosotros ‘haciendo una tonta película’”.
Sin embargo, pese a eso y las burlas que tuvo que aguantar en la entrega de los Globos de Oro de 2015, cuando Tina Fey y Amy Pohler le dejaron claro que aquí él era “el marido de..” y no “Amal, la esposa de George Clooney”, pese a que ese año recibía el premio “DeMille Award”.
Pero, ¿por qué la historia de George Clooney es importante? Luego del enlace de la pareja, Helen Fisher, antropóloga e investigadora de la Universidad de Rutgers de New Jersey realizó una encuesta junto a la plataforma Match.com que reveló el “efecto Clooney” en las relaciones de parejas.
Según destaca La Vanguardia, este efecto se daría porque los hombres estaban interesados en relacionarse con mujeres más inteligentes, preparadas, autosuficientes e incluso más ricas que ellos.
El estudio se basó en 5.600 encuestas a hombres solteros en febrero de 2015, considerando a hombres de diferentes edades y concluía que estaban dejando atrás esa imagen de hombre proveedor, valorando mucho más a esa “nueva mujer independiente”, lo que era considerado una victoria para el género, que históricamente ha sido visto como el “débil”.
¿Los hombres quieren a las mujeres inteligentes?
El “efecto Clooney” llama la atención, sin embargo, el estudio “La distancia (psicológica) hace crecer el cariño: efectos de la distancia psicológica y la inteligencia relativa a la atracción de hombres por las mujeres” publicado en Personality and social Pychology Bulletin, publicado a finales de 2015, postula algo diferente.
El estudio generó pruebas para 105 hombres, en diferentes experimentos. De acuerdo a lo que señala El País “se les pidió que evaluaran a una chica que hipotéticamente era más lista y habilidosa en matemáticas y en inglés. Todos ellos calificaron a dicha mujer como una pareja romántica deseable a largo plazo”.
Sin embargo, cuando llevaban las cosas a la práctica, eran diferentes. De acuerdo al medio español “los investigadores crearon diversas situaciones donde las personas competían. Cuando una chica demostraba ser más inteligente que los chicos, por “arte de magia” dejaba de ser tan atractiva a los ojos de los hombres. E, incluso, llegaban a reconocer que se sentían inseguros frente a ella.”
La conclusión es que, con algunas excepciones que siempre pueden ocurrir, en teoría los hombres se sienten atraídos por mujeres inteligentes, sin embargo, en la práctica y cuando están cerca, les genera inseguridad.
Según destaca Psychology Today, la principal investigadora del estudio, Lora Park, profesora de psicología de la Universidad de Buffalo “Cuando la mujer estaba psicológicamente cerca (en una interacción cara a cara en la vida real) los hombres movieron su silla más lejos de la mujer, como un indicador de tener menos interés en ella, e informaron menos atracción romántica hacia la mujer cuando los superaba versus cuando no en una prueba”.
Park añade: “específicamente, cuando los hombres fueron superados por una mujer en un dominio que les importaba (la inteligencia) se sintieron amenazados, evaluados por la disminución de las autoevaluaciones de masculinidad, lo que los llevó a actuar de manera contraria a lo que eran sus preferencias ideales expresadas”.
La periodista Jenna Birch, autora de “La brecha del amor: Una manera radical de ganar en la vida y el amor”, también cuestionó el popular efecto, que según destacó no se manifestaba en su entorno.
Luego de una investigación con muchas preguntas a hombres, concluyó que existe la brecha en el amor, la razón para que los hombres no persigan a la mujer que dicen querer y es sencillamente, porque los hombres no siempre quieren salir con las mujeres que dicen querer en un momento de sus vidas.
¿La maldición de los Oscars?
Si buscamos mujeres realmente exitosas, las ganadoras de los premios Oscar son un buen ejemplo. Excelentes profesionales, con papeles que impresionan en su industria y que caminan por la vida con contratos privilegiados, sólo por ser las mejores en el rubro.
Sin embargo, pese a su éxito, algunas de las ganadoras de los premios “Mejor Actriz Protagonista” o “Mejor actriz Secundaria” han visto que así como su vida profesional sube, si vida amorosa tiene de inmediato un declive importante.
Un ejemplo es la actriz Reese Witherspoon, quien ganó en 2006 el Oscar a mejor actriz por su papel en Walk the Line, el drama basado en la historia de la leyenda de la música country Johnny Cash’s, que protagonizó junto a otro oscarizado, Joaquín Phoenix.
La actriz subió al escenario luego de haber abrazado a quien era su marido en el momento, Ryan Phillippe, con quien llevaba 10 años de relación, siendo una de las parejas más estables de la industria. Sin embargo, a los meses después de la premiación, la pareja daba a conocer su ruptura.
Lo mismo le ocurrió a Kate Winslet en 2009 y Sandra Bullock en 2010, sin embargo, esta situación no es sólo puntual, sino que es un patrón que se ha dado en la premiación.
Eso lo demostró un estudio realizado en 2011 por la Universidad de Toronto, denominado “The Oscar Curse: Status Dynamics and Gender Differences in Marital Survival”.
La investigación analizó a los nominados en las categorías Mejor Actriz y Mejor Actor desde 1936, considerando sus historias matrimoniales, para entender qué ocurría con sus relaciones amorosas.
Los resultados fueron contundentes, considerando que de las 756 nominaciones, sólo 265 estaban casados o en una relación consagrada. De estos, un 60% experimentó al menos un divorcio o separación post Oscar, aunque con una clara diferencia entre hombres y mujeres.
Según indica el estudio, las actrices nominadas que no ganaron el premio tienen un promedio expectativa marital de 9,51 años, quienes fueron las ganadoras de la estatuilla sólo aspiran a un promedio de 4,3 años.
Y cuando se trata de los aspirantes masculinos, los no ganadores poseen un promedio de 12,66 años, mientras que los que se llevaron el Oscar, esperan en promedio relaciones de 11,97 años, una diferencia que no es significativa.
Los factores que se atribuyen a esta diferencia es la incomodidad de las parejas de estas mujeres ganadoras, debido a la fama y éxito . Otro punto, es que estas mujeres pudieron estar insatisfechas con sus relaciones y el premio les dio el empoderamiento necesario para terminar con esta situación.
Sin embargo, de acuerdo a los investigadores, no se puede atribuir a mujeres o varones esta decisión, pero sí, que es una constante para las mujeres galardonadas con una nominación o un Oscar.