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Ariel Pink decepcionó a sus fans en Chile al ofrecer un show deplorable tras problemas logísticos que derivaron en la ausencia de su bajista australiano. El músico estadounidense improvisó con distorsión y ruido en un escenario con escasa asistencia, provocando pifias y asombro entre los presentes. Tras excusarse por la situación, prometió volver en tres semanas más, para ofrecer el concierto que estaba estipulado. La producción no se ha pronunciado públicamente sobre el bochorno, pero se espera un comunicado sobre la reprogramación del evento en las próximas horas.
Lo que prometía ser un apacible reencuentro con Ariel Pink en Chile tras 12 años, se convirtió en un bochorno. Anoche, luego de un cambio de recinto a última hora (iba a realizarse en principio en Club Chocolate), el músico estadounidense ofreció un show deplorable para cumplir con su contrato, y todo esto luego que se le negara el ingreso al país a su bajista, de nacionalidad australiana.
La fugaz y distorsionada presentación de la estrella del lo-fi dejó diversas postales. Como la de su irrupción en el escenario: alrededor de 40 minutos de una improvisación de distorsión y ruido. Al rededor de 200 personas llegaron al lugar (el cambio de recinto, de hecho, fue gatillado por la poca venta de entradas).
Ante las pifias, la presión, y el asombro del público, Pink entregó las excusas correspondientes: “No sé si se enteraron, pero tuvimos un problema… No querían que ustedes vinieran aquí. Mi idea era que ustedes volvieran dentro de un mes. Íbamos a volver con nuestro bajista y montar un espectáculo real para ustedes. Pero los dueños del lugar decidieron que es más importante gastar su dinero y verme hacer el ridículo”.
Luego, vino un lapso de Pink en camarines, y tras ello, una explicación del propio cantante, quien prometió volver a Santiago para ofrecer un concierto pero en tres semanas más, con los tickets válidos del frustrado recital.
Ariel Pink se retiró evidentemente molesto, e incluso hubo más de algún altercado con el staff a cargo de su visita. En el otro frente, en la explanada, hubo un amago de pelea entre el jefe de la mesa de sonido y un fan que fue a increparlo durante la performance, creyendo que la situación era de su responsabilidad.
Luego de su “presentación” y la escusas correspondientes, el músico abandonó la sala ubicada en Vicuña Mackenna 1220, Ñuñoa, rumbo a su hotel. Su salida del país está agendada para esta jornada, rumbo a Brasil.
De acuerdo a cercanos a la logística, el error de Pink y su banda tomó por sorpresa a todos los responsables de su estadía. “Es común que los músicos lleguen con un día de anticipación. Ya cuando supimos que ellos llegaban el mismo día del show, y sin un tour manager, intuimos problemas”, comentó a BioBioChile uno de los involucrados.
Hasta el momento, desde Atenea Events, productora a cargo de la fecha, no se han referido públicamente al hecho. Se espera que en esta jornada se emita un comunicado con las coordenadas de las nuevas coordenadas del concierto de Ariel Pink en Chile, esta vez con su bajista australiano.
Para suplir la coyuntura, desde la producción ofrecieron al estadounidense un bajista chileno, que en la tarde del martes se aprendió todos los temas del setlist. Finalmente, Pink se negó a esta solución.
