En el marco del "Autopoiética Tour", Mon Laferte está de vuelta en Chile con una gira que recorrerá cuatro ciudades. Esta noche es el turno de Concepción, en Sur Activo, y el sábado será el de Viña del Mar, en la Quinta Vergara.
El regreso de Mon Laferte a Santiago de Chile tuvo postales tan disímiles como evocadoras: desde una pasarela de moda apocalíptica donde la cantante desfiló con su propia madre, hasta momentos donde la voz de la chilena radicada en México se hizo imperceptible en el coro de más de 12 mil personas que anoche repletó el Movistar Arena.
“¡Ella es mi mamá!”, dijo eufórica al inicio de una jornada que tuvo a familiares de Laferte en las tribunas y un público notoriamente transversal, desde adultos mayores hasta adolescentes y niños.
La inmersiva “Tenochtitlán”, “Te juro que volveré” y “Obra de Dios”, su primer sencillo independiente después de una vertiginosa relación con Universal Music, marcaron el inicio de un espectáculo que se extendió por dos horas y media, donde la viñamarina repasó y recordó distintas etapas de su carrera, incluido su paso por “Rojo”.
“NO+SAD”, “Metamorfosis” y “Autopoiética”, canción que da nombre a su último disco y a la gira que la llevará esta noche a Concepción y el sábado a Viña del Mar, cerraron la primera parte del show.
El momento karaoke vino inmediatamente después, cuando acompañada de un trío de músicos regaló versiones de “Tormento”, “Aunque te mueras por volver”, “Antes de ti”, “Flaco” y “Mi buen amor”, todas coreadas con devoción por la cancha numerada en especial en esta última, donde una emocionada Mon Laferte intentó disimular las lágrimas de su mejilla.
Al medio de un gran rectángulo LED que la hacía ver dentro de un permanente y camaleónico cuatro, siguieron “Préndele fuego”, “40 y MM” y “Pornocracia”, esta vez en un bloque de vocación salsera y sandunguera que en realidad tuvo poco eco en la fría noche capitalina. “Calaveras”, “La mujer”, “Por qué me fui a enamorar de ti”, “Amantes suicidas” y “El mambo”, intentaron hacer bailar al público, paradójicamente en uno de los pasajes más apagados del show.
El público volvió a aparecer en el siguiente segmento, esta vez de inspiración mexicana, cuando una Luna y una noche estrellada se proyectaron en las pantallas y Laferte cantó con guitarra en mano
“Se me va a quemar el corazón”, “Funeral”, “El cristal” y “La trenza”. Por lejos, el momento más emotivo de la noche.
Las sorpresas, sin embargo, vinieron después. Primero, con la aplaudida aparición de la cantante chilena Nicole para “Si tú me quisieras”, y luego con la presencia de Manuel Garcia (a quien presentó como “El maestro”) en una reversión en vivo de “La Danza de las Libélulas”.
“Cumbia para olvidar”, “El beso” y “Amárrame” marcaron la primera despedida de Mon Laferte, quien regresó para cantar en inglés y guitarra eléctrica “Mew Shiny” y “A Crying Diamond” y después “Amor completo” y “Tu falta de querer”, sus dos hits intercontinentales.
“Gracias por venir esta noche, porque yo sé que las entradas cuestan y que venir aquí no es fácil”, dijo antes del desenlace del show, que tal como en las películas de antaño concluyó con una hilera de créditos a sus espaldas.