Como un guiño a sus días de confinamiento, pero también a un antiguo nickname, Simón Cárcamo bautizó como Jardín Mojado su auspicioso debut solista: un proyecto con reminiscencias de pop, indie, psicodelia y rock latino que ya registra más de 60 mil reproducciones en Spotify en apenas unos meses de recorrido.
El guitarrista de Humboldt e hijo del famoso locutor Sergio “Pirincho” Cárcamo presenta por estos días “Encuentros Cercanos”, un disco inspirado en una vivencia familiar que, a pesar de los años, continúa indeleble en su memoria: el avistamiento de un OVNI.
“Es una experiencia que me marcó de por vida”, resume en diálogo con BioBioChile. “Ver un OVNI con mi familia y otra familia, en total 8 testigos, te da por hecho de que el fenómeno existe. Después de eso, que me pasó cuando era chico (5 años), me fui interesando cada vez más en el tema, e interiorizando en otros casos”.
Aquella es la columna vertebral de este álbum que surgió en 2021 impulsado por la pandemia, con tiempo y aislamiento de sobra, y con la colaboración de los músicos Miguel Campos, Luciano Brignardello y Patrico González.
“Desde nuestra perspectiva, no podíamos ver las estrellas. Era de noche (y el OVNI) nos tapaba todo el cielo. Se veían muchas luces, que se prendían y se apagaban, plateadas. Eso fue el año 1997, un 18 de septiembre”, recuerda Cárcamo, que incluso sampleó la voz de su padre recordando el encuentro en “La montaña”, uno de los tracks destacados del LP.
En el viaje sonoro y extraterrestre que plantea “Encuentros cercanos”, la psicodelia es una pieza fundamental: “Va muy entrelazada con la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo. En una parte, tienen una comunicación mediante música, mediante intervalos musicales. La nave que aparece en esa película se parece mucho a lo que vimos. Fue como reencontrarme con esa película: la sonoridad, los sintetizadores”.
Sobre el debut, se sincera: “No me esperaba tanta buena recepción. Eso lo agradezco a la fuente, a Dios, lo cósmico, como quieran llamarlo. Con Humboldt ha sido difícil juntarnos por el tema de las cuarentenas, ha sido un cacho, por eso el material ha salido más lento que Jardín Mojado, pero seguimos trabajando igual de apernados”.
A pesar que reconoce la influencia de su padre, un referente del rock chileno, también señala a su madre Rosario como una fuente de inspiración; ambos, destacados comunicadores que hicieron carrera en la Quinta Región.
Sobre los comentarios que recibe de ellos, bromea: “Son los criticones de la vida: (me dicen) esta parte está fome, estos son dos acordes, acá falta un solo. Es un feedback bien duro, pero me sirve y apunta a que sea algo más grande… En Fuego en el Cielo, ese riff es muy Soda Stereo y sin ella (Rosario) yo no habría entrado en esa música argentina”.
El detalle, lo explica con una anécdota: “Mi madre es locutora, pero tiene más que ver con la música latinoamericana: ella conducía un programa en UCV que se llamaba Zoom Latino, que tenía una cortina de Soda Stereo (“Zoom”)… Por el lado de mi padre tengo Led Zeppelin, The Beatles, y por mi mamá Charly García, Spinetta y el rock latinoamericano en general”, cuenta.
¿Cómo fue crecer escuchando las historias del rock en Chile en tu propia casa? ¿Cómo influyó eso en tu carrera?
“En esos tiempos era un modelo bastante distinto a hoy en día. A él (Pirincho) le llegaban los vinilos en barcos y en las radios Valentín Letelier o Galaxia los mostraba. Él pudo programar, además, a Los Prisioneros, o el Dark Side Of The Moon (de Pink Floyd). Valpo era un puerto principal y era el primer lugar donde llegaba la música. Y ese no es cualquier hito, él se ha ganado su posición en los 40 años que lleva de radio”.
Hoy, el locutor se mantiene en forma, teletrabajando para Radio Futuro a pesar de diagnósticos oculares que le impiden ver con claridad. “Hace un par de años tiene problemas, no ve al 100% y ha sido un impedimento, pero como trabaja con su voz ha seguido trabajando”, dice.
¿Sientes que Jardín Mojado es parte de esa tribu rockera de Pirincho?
“No me gusta cerrar la mente. Yo con Jardín Mojado estoy haciendo pop, electrónica, indie; y a veces la gente es muy cerrada al decir rock chileno: cuando aparece un teclado, muchos ya lo descartan. Yo soy productor musical a la vez y prefiero que se dé una suerte de escena que un ‘enchapamiento’… Algo que dé qué hablar y proponga algo diferente.