“Tratamos de encontrar en los demás los pedazos que creemos que nos faltan.” (p 157)

"Nadie nace resignado. Resignarse es un proceso de dos pasos, un círculo deforme que se dibuja en dos mitades: primero te resignan, después te resignás." (p 69)

La novela de Rodolfo Omar Serio (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1985) es atrevida, provocadora, tan creíble hasta en los más mínimos detalles que parece autobiográfica. A través de Ramón, su protagonista, muestra el dinámico, intenso y cosmopolita mundo gay de Buenos Aires.

Sexo, sexo, sexo… y afecto, mucho afecto

Los brasileros es una novela que atrapa desde el principio y no suelta hasta el final, obligados porque podríamos continuar. Y no es por voyerismo, por enterarse de cosas “prohibidas”, “sórdidas”, resguardados por la lectura de un libro que, exteriormente, no muestra lo que es. Los brasileros atrapa porque muestra un mundo diverso, lleno de conflictos, de trizaduras, de deseos, pulsiones, de sexo y más sexo. Pero, en especial, deja en evidencia la necesidad de comprensión, acompañamiento y afectos. Mucho afecto.

“Compartimos un destino común en el que falta y exceso representan lo mismo: que nadie se dé vuelta a mirarte.” (p 162)

En cada parte, en cada página, se filtran características, detalles, dinámicas de esta diversidad de personajes que Serio incluye en su novela. Como la necesidad de ser aceptados, valorados, vistos.

La novela Los brasileros parece un libro escrito sin filtros, sin dobles intenciones ni militancias. Es como un diario de vida, un mostrar llano relaciones, amores y desengaños, de inseguridades, apariencias, el peso de discriminaciones y violencias, y la pulsión de vivir el presente al máximo, porque no se ve futuro (al menos en nuestras sociedades).

“Entonces tratás a los demás como un plan B, como la segunda opción de un plan imaginario que en verdad no tenés.” (p 171-172)

Identidades gays y latinoamericanas

En Los brasileros hay gays de Argentina, Brasil, Paraguay, Venezuela. Hay espiritistas, la Pomba Gira, practicantes de umbanda, diversos tipos -claramente clasificados- de homosexuales. Casi no hay mujeres, ni heterosexuales. Porque, y esto no se explica en el libro, aparentemente los gays -o estos gays- crean mundos propios, de grupos afines, con sus códigos, intereses, necesidades comunes.

Lo anterior permite que el libro sea rico en observaciones sobre las características y diferencias, algunas para bien y otras para mal, entre argentinos, brasileños y venezolanos. Una mirada que indaga en sus culturas y creencias, muchas de ellas que sobrepasan ampliamente los ambientes gays.

Humor e intimidad

Una de las virtudes del libro es su humor. Un humor con muchos matices, que puede ser sutil, desenfadado, deslenguado, ácido, autocrítico, reflexivo.

“Así que lejos de ser gays, los urólogos son una logia masculina que mantiene a resguardo el secreto de los pitos estropeados, verrugosos, bacterianos y putrefactos, y cada vez que puede, los arregla.” (p 128)

Rodolfo Omar Serio (“Los machos se duermen primero”, “Wagner, mi malandro”) incursiona en aspectos secretos, con observaciones que pueden parecer infidencias. Y, para algunos, resultar chocantes. Pero están relatados con tal soltura, naturalidad, que son caras o pliegues de un mundo de infinitas facetas, de muchos colores y reflejos.

“De todas las perversiones de lo gay, hay una que me encanta: el día que les pica la curiosidad a los “solo-activos”, somos las pasivas los que se los cogen. No se buscan entre ellos. No se buscan un macho 25×7 “te-rompo-todo” para probar. Van con sus novios.” (p 187)

La novela de Serio se centra en las relaciones afectivas, amores y sexo. Contextualiza lo anterior con las historias de vida de algunos de sus personajes y con las diferencias culturales ya mencionadas. También hay algunos atisbos de las relaciones de éstos con “el mundo exterior”, el héteronormado, como cuando Ramón está hospitalizado.

Sin embargo, Los brasileros no aborda -y no tendría por qué hacerlo- cómo se relacionan estos personajes con el resto de la sociedad en la cotidianidad. Por ejemplo, en sus trabajos, lugares de estudio, cuando se desplazan por la ciudad. El relato se centra en “sus” mundos.

Historias y cartografía personal

“Todos tenemos una cartografía personal, una geografía particular que reúne el lugar en el que nacimos, los espacios que visitamos y que habitamos.” (p 22)

Ramón describe su barrio de infancia. “Nací en el barrio de los que nunca tienen plata para nada. De los que en el verano salen con la reposera a la vereda a ver qué pasa…” (p 68)

Así, sus personajes comparten esparten espaciios, zonas de sus “cartografías personales” con muchas otras personas, pero en pplanos distintos. Desde miradas y lugares diferentes. De los diferentes, tan lejos de las hegemónicas. En este sentido, Los brasileros invitan a la empatía, a tratar de aceptar, si no entender, al otro. A los otros. Lo hace mostrando sin edulcorar.

Millones de matices

En su trasfondo, Los brasileros es un libro sobre afectos, identidades, autoestima. Sobre culturas y subculturas, sobre exponerse y mirarse de frente, con valentía.

“Una relación tiene millones de matices cuando funciona y dos o tres cuando no. Hay un momento puntual en el que el color de una relación se desvanece. Es un insight, un clic, una revelación. Es el comienzo del fin.” (p 134)

Los brasileros muestra, hasta el final, millones de matices.

Omnívora Editora

Los brasileros

Rodolfo Omar Serio
Omnívora Editora

Julio de 2022, Buenos Aires, Argentina.