Son tres obras de gran tamaño, realizadas tipo “patchwork” (mediante costura de distintas telas se va realizando la obra), que la artista chileno-catalana realizó para el mítico edificio hoy transformado en el GAM (Centro Cultural Gabriela Mistral).
En la primera vemos un hombre con lo que podría ser el mango de una pala; en la segunda una mujer, posiblemente embarazada; la tercera obra está extraviada (como muchas otras robadas o destruidas después del Golpe de Estado de 1973); y la cuarta (tercera para efectos de la exposición) representa un grupo de personas.
Son obras de mucho colorido, muy llamativas, que hacen referencia a los grabados como a las pinturas anteriores de Roser Bru, como a los trabajos realizó cuando pudo volver a su España natal.
Obras que estimulan e inquietan: el hombre como la mujer tienen 4 brazos, como si alguien los estuviera abrazando, acogiendo. Obras que muestran el fuerte compromiso de Roser Bru –como de tantos artistas de la época- con los cambios políticos y sociales.
Las obras fueron ofrecidas hace unos años a un empresario que, al verlas, recordó haberlas visto expuestas en el edificio de la UNCTAD III. Después se las llevó a Roser Bru para que las reconociera y ver cómo restaurarlas, ya que estaban en muy malas condiciones.
Las tres obras textiles se exhibirán desde mañana en el Museo Nacional de Bellas Artes en el marco de la exposición “4 Premios Nacionales; José Balmes, Gracias Barrios, Roser Bru, Guillermo Nuñez”. Y la sólo posibilidad de apreciarlas hace que valga la pena ir a verla.
Pero la exposición, en su conjunto, es un gran regalo. Un regalo ver a cada uno de estos cuatro Premios Nacionales unidos por la pintura, el trazo, el compromiso con el arte y la política.