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¿Qué mueve a una persona a una aventura -casi- permanente? Una curiosidad y una energía inagotable, un físico privilegiado, ser inquieto… pueden ser parte de la respuesta. Si es que la hay.

Henri, el último pirata

El documental de Julián Fernández Prieto rescata la intensa y aventurera vida de Henri Garcia. Un francés con ancestros españoles y de una indígena de Norteamérica. Un hombre con grandes aptitudes para nadar y bucear que se enroló en el equipo de Jacques Cousteau, el famoso investigador, oceanógrafo y divulgador francés que recorría el mundo haciendo investigaciones y reportajes.

Henri recorre distintas partes del mundo hasta que la expedición de Jacques Cousteau (1910-1997), en el mítico barco Calypso, llegan a Isla de Pascua. Ahí, Henri Garcia se enamora y comienza otra vida. Ha encontrado “su isla”, su lugar en el mundo.

Henri Garcia explorará la isla, instalará la primera escuela de buceo la isla y hará increíbles viajes a distintas partes de Sudamérica. Siguiendo la senda de Cousteau, haciendo reportajes de divulgación.

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Documental

Con mucho y buen material de archivo, el documental muestra al protagonista y su tiempo. Son fotografías y filmaciones que muestran las fases de preparación, lo improvisado, escenas domésticas, cotidianas. Así, Henri, el último pirata muestra la vida de esos aventureros más allá de las producciones que hicieron.

Henri, el último pirata se centra en el protagonista, tratando de capturarlo a través del material de archivo y de testimonios, en especial de su hijo y de su hija. Es un documental que rinde tributo a su figura. Una suerte de demostración de una admiración profunda.

No en vano, el documental parte con la siguiente cita:

“Los piratas eran rebeldes que desafiaron las convicciones de clase, raza, género y nación. Expresaron altos ideales y establecieron una disciplina diferente. Practicaron su propio tipo de democracia e igualdad, proporcionaron un modelo alternativo de dirigir un barco en alta mar”. (Marcus Rediker)

Y es probablemente ese tono de admiración (legítimo), sin ver otros aspectos o las consecuencias de ese actuar, el que guía al documental.

Quizás este último aspecto es la principal debilidad del documental. La falta de zonas grises, el que queden tantas zonas indefinidas. Por ejemplo, no muestra qué pasó con la pareja de Henri, cómo vivió el protagonista el drama de los resabios del leprosario que hubo en Isla de Pascua, o la dictadura, que prohibió el uso del rapanui en toda reunión pública, incluyendo el Consejo de Ancianos.

Un aporte

Henri, el último pirata lleva a los espectadores a un mundo que parece extinto. Un mundo de aventuras, de exploraciones hechas con mucha voluntad, pasión y energía. Un anhelo de vivir y ser protagonista que, aparentemente, se han diluido en el mundo.

El documental muestra una realidad menos dependiente de las tecnologías, donde la incertidumbre, lo imprevisto, las precariedades materiales son parte de la vida, no son limitantes serias. En ese sentido, relativiza el exceso de certezas que buscamos hoy.

Otro aporte del documental es mostrar logros y herencias que no necesariamente son materiales, grandes reconocimientos. Pero que han logrado dejar huellas y perduran.

Henri, el último pirata de Julián Fernández Prieto, Market Chile

Henri, el último pirata

Dirección: Julián Fernández Prieto
Producción: Dominique Rammsy S.
Dirección de fotografía: Tomás Yovane

Casa productora: Productora – 1 Cine
Año: 2024
Duración: 90 min
Distribuye: Market Chile
Estreno: 20 de marzo