“Pero siempre, incluso cuando me dejó sola, ella siguió siendo mi madre y yo su hija. Ese es para mí, su testamento vital.” (p 121)
Tu memoria en mis ojos
Rossana Dresdner (Honorables, Pasajeros en tránsito) escribe esta novela sobre una hija que, distanciada de su madre, se entera de que tiene Alzheimer. Entonces, buena parte de su mundo, de sus sentimientos, de su memoria, de sus certezas, se ponen en cuestión.
Tu memoria en mis ojos es un relato sobre afectos y memoria. Un recorrido profundo, en sus reflexiones como en buscar -y descubrir- lo esencial en la relación madre hija, que es el verdadero centro del relato.
“Al igual que en la memoria de un país, las personas necesitan un relato que las sostenga y les dé coherencia. Y que soporte a quienes las rodean. Necesitamos que los recuerdos dejen de ser solo lo que podemos recordar y pasen a ser lo que queremos recordar. Y, a menudo, lo que debemos recordar. Una selección a partir de la cual armamos nuestra historia.” (p 31)
Rossana Dresdner pareciera escribir no desde la racionalidad científica, desde la lógica, sino desde lo incuestionable de lo vivido. De hacer parte al lector, a la lectora, de una experiencia vital profunda. Una suerte de cataclismo que viene, gracias a dar prioridad al deseo profundo de cariño por sobre las legítimas rabias, a reordenar, a buscar armonía.
“Sentía pena. Mucha y sorpresiva. Pero también rabia. Con ella. Conmigo. Con la vida. Y con cómo se van dando. Mis quejas, mi resentimiento, mi lista de reclamos, todo perdía sentido.” (p 82).
Fragilidad y vulnerabilidades
Rossana Dresdner construye un relato que, como un diario de vida, es, porque lo que se vive y se siente es incuestionable. Pero lo que regala es el proceso valiente de la protagonista al aceptar las circunstancias y enfrentarse a su memoria, sus recuerdos y sus sentimientos. Y sus fragilidades.
“-¿Y por qué crees que una mujer inteligente, culta y simpática llega a ser tan dependiente de su marido?
-Eso no lo sé. La lógica femenina es algo que me supera.
Una explicación fácil para un tema que no lo era tanto. Me molestó.
-Quizás sea porque necesita, desesperadamente, sentirse querida- dije” (p 98)
Así, el relato es un constante cuestionarse, una búsqueda en la memoria, un mirarse en el espejo que es la madre para Leonor, la protagonista.
Desde la memoria a los sentimientos
Tu memoria en mis ojos podría ser un libro sobre Alzheimer. Lo es. Sin embargo, su foco es lo que ataca esa enfermedad. Nuestra memoria, nuestra seguridad más profunda (que, aunque nos traten de convencer de lo contrario, no es la económica).
“Sentirse seguro es básico. Tener certezas. Con ello se relacionan nuestras emociones más elementales, más instintivas.” (p 94)
El Alzheimer es una enfermedad devastadora para quien la padece como para su entorno. Es la pérdida de lo básico, la memoria, y con ello de la capacidad de relacionarse con el entorno, incluso el más próximo.
“Los recuerdo anidan y se acumulan, cuajan y se entrelazan, tejiendo la memoria. Y es la memoria la que nos dice de dónde venimos y sobre qué nos paramos. Es nuestra casa.” (p 71)
Perdida la casa… ¿qué queda?
“-¿Esos son antibióticos?
-No, mamá, creo que son bancas. De parque. Porque estamos en un parque.
-¿Estás segura de que son bancas? Porque están bien feas…
-No. No estoy segura… Son harto feas en realidad. Se parecen a los antibióticos…” (p 108)
Queda la voz y el tacto. Lo más básico para transmitir sentimientos, seguridad, incluso cuando se está completamente perdido. Y este relato profundo y emotivo que invita a remirar la vida y nuestras relaciones. A valorar, a buscar -cada cual- lo realmente valioso.
Un texto para mirarse, apto para todos -en especial todas-, para leer porque se puede hacer propio, y ponerlo en práctica.
Tu memoria en mis ojos
Rossana Dresdner
LOM ediciones
Septiembre de 2024, Santiago de Chile