La exposición Las ideas felices son así permite una mirada original sobre parte de la valiosa colección de Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA). Es una mirada construida de manera colectiva y democrática que desorienta, acostumbrados como estamos a miradas únicas, impositivas. Y, en especial, invita a descubrir, establecer nuevas relaciones, a partir de esta notable colección.

En medio de tanta guerra, violencia, abusos sexuales y de todo tipo, Las ideas felices son así es un oasis (no como el de Sebastián Piñera). Las salas destinadas a la exposición resultan espacios para encontrarse con una gran diversidad de obras, estilos, técnicas y miradas. Y recuperar algo de esperanza.

Nombre de la exposición

“Las ideas felices son así: No nacen ni antes ni después, sino con el signo de la historia”, escribió Mario Pedrosa, del crítico brasileño y uno de los fundadores del Museo de la Solidaridad, a Salvador Allende.

Con ella, resumía lo que había sido la idea, la gestión y la pronta inauguración de la exposición de obras donadas por artistas de todo el mundo para crear el Museo de la Solidaridad.

Las ideas felices son así, MSSA

Idea innovadora

El Museo de la Solidaridad tomó una decisión arriesgada: Hacer una gran exposición -abarca la casi totalidad de su edificio- realizada a partir de su colección en la que participarían todo su personal.

Sin respetar jerarquías o especialidades, el Museo hizo un proceso inclusivo y democrático de revisión de su gran colección (más e 3.000 obras) poniendo en cuestión incluso el tema que permitiría orientar la exposición.

Este proceso, que significó crear comisiones, hacer asambleas y realizar votaciones, posiblemente sea calificado de poco eficiente. Una pérdida de tiempo y de recursos. Todo ello es verdad, si se piensa a corto plazo.

Pero este proceso, sorprendente y desorientador en un primer momento, ha permitido al menos importantes objetivos.

Las ideas felices son así, MSSA

Proceso difícil

El primer escollo en el proceso fue definir el tema que iba a guiar y a estructurar la exposición. Y partió, democráticamente, cuestionando la idea original, modificándola. Significo, además, un mes más de trabajo.

El proceso implicó que las personas revisaran la larga lista de obras que son parte del Museo, muchas de ellas desconocidas por los propios trabajadores. Algunas -como pasa en muchos museos- nunca han sido expuestas, dadas, entre otras cosas, las dimensiones del Museo, que permite mostrar solo un número limitado de obras.

En un segundo momento, ir a ver muchas de ellas al depósito, para saber cómo eran en realidad y el estado de conservación en las que se encontraban.

Después, se presentaban las obras, se daban argumentos y se votaba. Y hubo obras que propuso la directora del Museo, de forma argumentada, que fueron rechazadas. También hubo otras que ella rechazó, dando sus argumentos, que fueron aprobadas y forman hoy parte de la exposición Las ideas felices son así.

Por ejemplo, hay un cuadro de grandes dimensiones de unos orangutanes (¿?) que ella rechazó (y que, en lo personal, tampoco lo encuentro interesante). Pero la votación fue favorable a exhibirlo. Hoy, cuando hay visitas de colegios o llegan jóvenes, es posiblemente la obra más popular, frente a la cual se toman fotografías.

Así, el proceso, largo, no exento de demoras y complejidades, permitió otras miradas, un enriquecimiento tanto de la exposición como de conocimiento y consolidación del personal que conforma el Museo. Algo nada menor, en tiempos de individualismo y de verticalidad.

Las ideas felices son así, MSSA

Una muestra democrática

En tiempos en que se cuestiona muy fuerte a la democracia, Las ideas felices son así es una muestra democrática. Lo es en su formulación inicial, en el proceso de gestación como en su resultado

Quienes visiten la muestra, solo verán su carácter democrático en el resultado, en lo expuesto como en las instancias participativas a las que invita. Eso se aprecia, en primer momento, en que no hay una mirada única, totalizadora, con frases y textos como sentencias. Claras, incuestionables, bordeando a veces lo autoritario.

También, en un principio, en una aparente incoherencia frente a tanta diversidad. Una falta no de limpieza étnica, sino una de estilos, de imposición de una mirada única que no nos confunda, Que no nos interpele y nos invite a buscar relaciones. A encontrar nuestras propias explicaciones. A buscar y tratar de encontrar lo que quiso comunicar cada artista y cómo dialogan entre sí o se interpelan -o no- diversas obras.

Otro aspecto a destacar es que la muestra incluye a artistas reconocidos a nivel mundial hasta a las arpilleristas del MSSA. Y el estar pensada para públicos muy diversos, incluyendo a niños pequeños, con una sala especialmente acondicionada para ellos.

Los contrastes y las coincidencias permiten mirar de maneras nuevas. Redescubriendo así obras y autores. Por ejemplo, en lo personal, me maravillaron un par de obras de Santos Chávez que, a pesar de conocer bastante, me parecieron nuevas, distintas. Y así, muchas otras.

“La guerrilla interior”

El año 2021 se inauguró en el MSSA la exposición Lunes es revolución. En ella se expusieron, por primera vez en 50 años, dos grandes cuadros de Roberto Matta: Fango original. “Ojo” con los desarrolladores, y Hagámosnos la guerrilla interior para parir el hombre nuevo.

Como escribe Amalia Ross en relación a este último cuadro (que no está en Las ideas felices son así), “la revolución para Matta “es más bien una madre” con la capacidad de parir -en el interior de cada uno de nosotros- un nuevo ser, y el arte es un espacio donde tiene lugar esa experiencia de (auto)creación.” (p 43, Lunes es revolución. Arte y agitaciones colectivas en tiempos de revueltas. MSSA, septiembre de 2024)

La idea de esta exposición, su gestación y su resultado, en desarrollo y mutación, parecen ser “una revolución interior”, cuyos resultados veremos a futuro.

Las ideas felices son así, MSSA

Oasis

Visitar Las ideas felices son así, en el Museo de la Solidaridad, es como entrar en un oasis. Sin ruidos, sin tiempo. Un entregarse a la creatividad diversa, plena de estímulos, pero en una quietud que permite detenerse a ver, mirar, tratar de comprender y relacionar. Un reconciliarse con la capacidad creativa.

Las ideas felices son así es una muestra para visitar con tiempo, que permite entregarse libremente para ser beneficiado de estímulos que provocan de manera amable.

Y es una muestra para visitar varias veces, tanto porque invita a interactuar como por el hecho de que parte importante de ella irá mutando, como algo vivo.

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