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Llega a Disney+ la serie en español "La Máquina", protagonizada por los emblemáticos actores mexicanos Gael García Bernal y Diego Luna, quienes interpretan a Esteban \'La Máquina\' Osuna y Andy Luján, respectivamente. La trama se centra en la historia de un boxeador en decadencia y su mánager que se sumerge en tratos oscuros para revivir su carrera. La serie aborda temas como el fracaso, la amistad y la identidad, con una mezcla de realismo y elementos oníricos que revelan los traumas y miedos de los personajes.
Hoy debuta en streaming “La Máquina”, la nueva serie en español de Disney+ que trae de vuelta, y en sus roles protagónicos, a dos nombres emblemáticos del cine mexicano de las últimas dos décadas: Gael García Bernal y Diego Luna.
La célebre dupla regresa a 12 años de su última aparición en conjunto (la película “Casa de mi padre”), esta vez con una historia de boxeo que esconde una reflexión sobre el fracaso, la amistad y la fraternidad cuando la realidad se difumina literalmente.
La trama sigue los pasos de Esteban ‘La Máquina’ Osuna (García Bernal), un boxeador de glorias pasadas que enfrenta el malogrado ocaso de su carrera. A su lado, está su mánager y mejor amigo, Andy Luján (Luna), quien bajo combate de sus propios demonios arrastra a La Máquina a tratos con las fuerzas más oscuras del box.
Para Esteban, sin embargo, se trata de un momento bisagra: su vida púgil, arriba y abajo del cuadrilátero, comienza a tener consecuencias concretas en su cuerpo, al punto de causarle alucinaciones y fugas oníricas que develan, a su vez, sus propios traumas y miedos.
“Hay algo quijotesco, porque esas alucinaciones, con la controversia que sucede en la serie, donde de repente hay fuerzas oscuras o deidades que de alguna manera les hacen saber que nada de lo que ellos han ganado es a mano propia, encontrándoles un sentido, estas alucinaciones son como esa especie de oasis, de respuestas”, reflexiona Gael García Bernal en diálogo con BioBioChile.
“Y quizás es el único personaje que sabe el lugar en el que está desde un principio: ya sabe que quiere acabar con esto, pero le gusta este deporte, porque sabe hacerlo”, agrega.
Con guiños a la cultura mexicana y pugilística -que a veces se entremezclan- “La Máquina” trasciende los límites de su propio deporte para plantear dudas fundamentales y existenciales. Andy, por ejemplo, ha vivido a la sombra de su amigo-ídolo, con una presión que lo acecha y lo tiene casi adicto a inyectarse bótox en la cara.
“Es una serie compleja que habla, desde el contexto del boxeo, de temas que nos importan mucho: la amistad, madurar, de aprender a que te pase el tiempo, de un fenómeno popular que de pronto tiene que despedirse y qué pasa con las despedidas, con la trapa del éxito y cómo salir de ello. También es un homenaje a México y al boxeo de este país, al fenómeno social que significa el boxeo”, agrega Diego Luna.
Con imaginario cinematográfico y humor televisivo, “La Máquina”, que se describe a sí misma como una mini-serie de 6 capítulos, pone foco también en las zonas grises del ring, como las mafias y el desgaste natural de sus estrellas.
“Es una serie que tiene humor, toques de thriller, momentos de melodrama, tiene todo lo que una historia de 5 horas puede tener”, resume Luna, quien junto a García también ofician como productores ejecutivos.
“Ellos (Esteban y Andy) se acompañan en su aventura, que es en conjunto, pero cada uno de los personajes trae su tema. Si Esteban está desenmascarado, Andy todo lo contrario, está hablando de cosas de su propia máscara”, detalla Gael.
(P): ¿Qué aspectos de la amistad de Esteban y Andy se refleja en la amistad de ustedes, de Gael y Diego?
(DL): Hay dos cosas muy similares. Uno, que nosotros no decidimos (la amistad). Venimos arropados por el cariño y amor de nuestras madres y familias, y en la serie también te das cuenta de eso, que la conexión de estos dos personajes trasciende a una decisión de querer ser amigos. La vida les pasa, y su amistad es parte de esa vida que les pasa. Otra cosa es que han encontrado la manera de juntos a pesar de todo. En nuestro caso el “a pesar de todo” no aplica, pero sí hemos conseguido la forma de estar juntos.
