A las ciudades contemporáneas como Santiago no conviene poetizarla, porque se corre el riesgo de creer lo que no es, ni hay. Mejor dejar que sus muros, calles, rincones, zonas céntricas y suburbios cuenten sus historias.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Eso es lo que hace el dramaturgo y director Marcelo Leonart, dueño de una mano sólida, escudriñadora e, incluso, violenta, al momento de aprehender lo que observa, y cuando elige la manera de contar las historias y las voces justas para el relato.

Pero cuando una escritura tiene vuelo y sentido, extrae todas las almas que respiran y dan vida desde lo más oscuro de los lugares que se describen y visitan.

Y encontró en ¿Te acuerdas, Cassandra Soto? éramos algo así como sombras en los ghettos verticales una manera poética e inteligente para presentar aspectos del rostro de la ciudad como protagonista del relato.

Porque en un escenario casi vacío, un rectángulo en cuyas cuatro esquinas hay una especie de plazuelita en miniatura con una lamparita en el centro, el autor y director instaló a dos mujeres viviendo y sufriendo una ciudad y un estar en un ghetto vertical, sin definir mucho si todo lo que se cuenta es real o una pesadilla.

¿Te acuerdas, Cassandra Soto? éramos algo así como sombras en los ghettos verticales
Marcelo Leonart

Riesgos y peligros

En las obras de Marcelo Leonart siempre hay algo que está al acecho, flotando en torno al relato, indescifrable y peligroso.

La reiteración (¿abusiva?) de algunos textos, los discursos y llamados de atención, la verborrea, a veces, la voz tonante de Minerva, el tono suave y estrangulado de Cassandra parecen ser rasgos y matices del ghetto vertical, no de ellas.

“¡¡¡ No te acerques a la ventana !!!” le gritará Minerva tres, cuatro, cinco, seis veces… como si un paso… medio paso después hubiera un abismo.

La idea del vértigo que descoloca y la fatalidad recorre la espina dorsal, como si las condiciones extremas se apresuraran en llegar, haciendo a un lado el gesto de apoyo solidario que existe y necesitan Cassandra y la hermanita que busca y no encuentra y que, tal vez, ni existe.

¿Te acuerdas, Cassandra Soto? éramos algo así como sombras en los ghettos verticales
Marcelo Leonart

Lo subjetivo y colectivo

En esta propuesta Leonart optó por entrar al relato a través de la puerta más subjetiva de las historias personales, cruzando los laberintos de la existencia cotidiana diminuta y al alcance de la mano, en medio del hacinamiento en el ghetto vertical.

Pero lo histórico colectivo y los recios protagonistas personales de otras obras suyas nunca estarán ausentes, porque siempre quiere llegar al fondo del relato.

Cuando los edificios hablan, la ciudad se muestra y sus habitantes no pueden hacer otra cosa que vivir y/o sobrevivir. Y aquí ambas mujeres están atrapadas en un enjambre de edificios, ahogadas en poco espacio, subsumidas en archipiélagos, aferradas al mapa para no desaparecer.

Esta idea del enjambre también alude a lo colectivo, a la solidaridad. Algo que tal vez haya en el ghetto vertical, de manera subterránea, invisible, que necesita explicitarse, lo que nunca va ocurrir.

La certeza de lo grupal proviene también de la red de ojos que por cientos o miles forman las minúsculas ventanas de los ghettos verticales, que revelan la avaricia inmobiliaria y de la autoridad corrupta que dio el pase para construir sin importarle más que las ganancias y la coima.

En este mismo compartir común y a la fuerza, llegan los ruidos de la ciudad y de los edificios. El sonido de las alarmas que rebotan en los oídos y se enredan con los miedos y expectativas de las dos prisioneras. Murmullos que suben y bajan sin control y que sólo avisan su presencia y su amenaza.

Minerva, atrapada en un vestuario formal, predispuesta a la palabra precisa y racional. Cassandra más sujeta al pálpito del corazón, la ingenuidad, la confusión y a la certeza de la derrota.

Al final, todo el peso de la gran urbe la sostienen en sus fuertes cuerpos ambas actrices y, tal vez, no sea equivocado afirmar que, a través de ellas, los edificios hablan, ladran, pesan, cargan, aplastan y explotan sobre el espectador. Como si fueran sombras dinámicas de los ghettos verticales.

¿Te acuerdas, Cassandra Soto? éramos algo así como sombras en los ghettos verticales
Marcelo Leonart

¿Te acuerdas, Cassandra Soto? éramos algo así como sombras en los ghettos verticales

Dramaturgia y dirección: Marcelo Leonart
Actuación y vestuario: Macarena Fuentes, Magdalena Urarte.

Iluminación: Marcelo Leonart

Teatro del Puente
Parque Forestal s/n.
Jueves a domingo, 20.00 horas.
Entrada general, $ 6.000; estudiantes y tercera edad, $ 4.000.
Sólo venta digital. https://shorturl.at/QiTYt. Hasta 25 agosto 2024.

Créditos: Marcelo Leonart