“Perkin: Persona que está para las labores domésticas al servicio de uno o más individuos en prisión. El término aperkinar, transforman el perkin, someter a un reo más débil para que sirva como empleado en las celdas.” (pp 107)
Ricardo Candia Cares (Santiago, 1956) empezó a conocer el mundo del “Coa” siendo preso político, en 1985. Aprender el idioma de la cárcel era fundamental para sobrevivir en ella. El Coa es el lenguaje “técnico” de los delincuentes chilenos que se ha ampliado a muchos otros sectores. Es un lenguaje que muta rápidamente.
“Violeta: Persona acusada de violación, generalmente de menores. Este es uno de los delitos menos populares en el ambiente penitenciario, de modo que los que llegan por esta razón son aislados del resto de la población penal.” (pp 128)
“Para los presos políticos se nos hacía obligatorio manejar los términos básicos de esa jerga porque en el penal nadie, ni siquiera el botonaje (Gendarmería. De Botón: policía, vigilante), hablaba, incluso hasta ahora, de otro modo que no fuera en coa.” (pp 9)
“Diccionario de Coa. El lenguaje de los vivos en tiempos de la Internet” es la tercera versión o la evolución de “Diccionario del Coa o el arte del chamullo y la movida”, autoeditado en 1995. Con el dinamismo propio de esta jerga, hubo una actualización de la primera versión: “El coa y el lenguaje de la calle. Diccionario de palabras y expresiones necesarias para saber cómo se habla en Chile” (2006).
“Perro Bomba: Se dice que es un perro bomba el sujeto que está para ser el puntero, el que va delante en la comisión de un robo. // Del mismo modo, nomina al ladrón que se queda al choque en el caso de una acción delictual fallida y que puede ser sacrificado para proteger el resto. Se ha escuchado como sinónimo niño bomba, a propósito de la participación de menores de edad en la comisión de delitos aprovechando que su condición le permite un alto grado de impunidad. // Se ha escuchado también la expresión cachorro o soldado, como sinónimos.” (pp 107)
La necesidad de atrapar lo inatrapable
Como bien escribe Candia, es “necesario hacer notar que la lectura y comprensión de la terminología coa resulta de cierto modo incompleta si se desatiende el contexto y la gestualidad del choro al hablar”. (pp 15)
Y es que el Coa no solo es muy dinámico, pues trata de escapar de su encasillamiento, de la comprensión por quienes no pertenecen a ese mundo, porque perdería su carácter de jerga especializada. De lenguaje propio y exclusivo de delincuentes.
“Tuna: Bala.” (pp 126)
El Coa es, también, un lenguaje esencialmente oral, que evita dejar rastros. Y gestual, porque las entonaciones y gestos que lo acompañan son, en algunos casos, claves para su comprensión.
Sin embargo, tener un diccionario de Coa es un gran aporte para entender las culturas populares chilenas, el habla de las calles. Que se nutre de muchas fuentes, que tiene grandes influencias, antes del Lunfardo y hoy de la televisión, redes e inmigrantes.
Diccionario de Coa
“Diccionario de Coa. El lenguaje de los vivos en tiempos de la Internet” es un esfuerzo valioso por acercarnos a esas culturas, para entenderlas. Y para comprender sus fuertes influencias en el hablar chileno.
Es sorprendente ver la gran cantidad de términos que han pasado del hablar de los delincuentes a formar parte del lenguaje cotidiano de muchos chilenos.
“Balsa: Persona entradora. // Patudo, es decir que tiene muy grande los pies, similar a un par de balsas. Corren como sinónimos, balsúo, balseta, balselata.” (pp 36)
Por supuesto, Diccionario Coa siempre será incompleto. No solo por falta de contexto, entonaciones y gestualidades. También por la dinámica evolución de éste, que lo ira dejando desactualizado desde el momento mismo en que salió de la imprenta.
“Candy: En la expresión venir por un Candy, estar preso por muy poca cosa, con bajo riesgo penal. Casi en desuso.” (pp 47)
Sin embargo, el nuevo Diccionario de Coa de Ricardo Candia Cares es un aporte, un libro necesario para entender, para vislumbrar al menos estos mundos que están presentes, con los que convivimos y a los que, muchas veces, tanto tememos.
Diccionario de Coa. El lenguaje de los vivos en tiempos de la Internet
Ricardo Candia Cares
WenaWacho
Noviembre de 2022, Santiago de Chile