En un contexto de medios de comunicación donde los niños están prácticamente al margen, revista Guarisapo regresa con un cuarto número donde confluyen contenidos culturales, científicos e infantiles.
Ya está disponible en tiendas físicas y digitales el cuarto número de la revista Guarisapo, iniciativa enfocada a niños entre 4 y 7 años donde confluyen contenidos curriculares y culturales mediante ciencia, literatura, educación medioambiental, ilustraciones y la mirada aguda de sus propios lectores.
El proyecto surgió en 2019 tras la alianza entre la consultora Focus y la editorial Hueders, sello local que cuenta con su propio catálogo de literatura infantil.
“Yo conocía el trabajo de Hueders. Desde Focus teníamos esta idea de hacer una revista, y de alguna manera Hueders había tenido un acercamiento al formato. Tomamos contacto y les propusimos la idea, que estaba en la línea con lo que querían hacer: este sueño de recuperar las revistas para niños”, recuerda en diálogo con BioBioChile la directora de Guarisapo, Vivian Vidal.
La autora de literatura infantil Ángeles Quinteros (“Un año. Poemas para seguir las estaciones”, Saposcat), editora de contenidos de la revista, resume así las motivaciones del proyecto.
“Son varias las motivaciones que nos unen. Por un lado, está poner temas del currículum. La revista tiene un abordaje educativo, pero sabemos que si tocamos ciertos temas desde un lado pedagógico, no vamos a enganchar con todos los lectores”, reconoce a BioBioChile.
“Para nosotros es primordial que sea divertido, atractivo artísticamente, coherente, y que toque temas que no sean comunes”, agrega la editora con pasado en Aguilar, Alfaguara Infantil, Planeta y Contrapunto.
Vivian Vidal destaca la accesibilidad como uno de los pilares de este medio de comunicación infantil, uno de los pocos en su tipo en el panorama local.
“He seguido el desarrollo de los libros infantiles que se han hecho en Chile, y hay una producción muy bonita. Pero una de las cosas que me generaba rabia es el costo de los libros para niños, que voy comprando y atesorando. Normalmente, son muy caros”, plantea.
“Se había perdido esto de las revistas infantiles, que abaratan el costo de un material que puede ser de calidad. Con los años se perdió esta idea de las revistas y materiales en los quioscos, entonces el acceso se restringe aún más. La idea era doblarle la mano al mercado, aunque suene ambicioso. Aunque digan que las revistas ya no existen, y menos las infantiles”, dice.
“Queríamos salir con una revista para niños, bajarle el costo, que pudiese venderse en un bazar, que llegase a comunas donde no hay librerías. Eso nos decidió a dar este salto”, propone.
Hoy en día el equipo de Guarisapo está conformado por cuatro personas (diseñadora, editora, directora y un profesor encargado de coordinar los contenidos del currículum y el Plan Nacional de Fomento de la Lectura), además de un contingente de colaboradores que por edición puede llegar a 12.
Recursos periodísticos, literarios y pedagógicos, entre otros, confluyen a lo largo de las alrededor de 50 páginas de Guarisapo, que se proyecta en el tiempo con una presencia creciente de los propios niños al momento de dar forma a la publicación.
“Este es un proyecto financiado por el Fondo del Libro, entonces tenemos la experiencia de la donación de las revistas en jardines infantiles de Junji, Integra y municipios como Renca y San José de Maipo. Ahora estamos tratando de enviar revistas a Punta Arenas. La reacción de los niños es bastante eufórica”, describe su directora.
“La revista le gusta mucho a las familias, porque lo bueno de Guarisapo es que se entrega a los recintos educacionales, pero se va para la casa. Y las familias lo agradecen. Es un material muy bonito para trabajar con los niños en la casa”, señala.
“Por otro lado, tenemos la experiencia de niños cercanos, y que quieren participar en la revista. Piensan que se van a hacer famosos si aparecen ahí”, cuenta entre risas.
Revista Guarisapo: “Hay una deuda con la voz de la infancia”
En Guarisapo, los niños participan mediante las secciones “Preguntas Preguntonas” y “Cartas a la directora”, entre otras, donde relatan experiencias y abogan por sus temas afines.
(P): ¿Creen que hoy los niños tienen espacios en los medios de comunicación tradicionales?
(AQ): No tienen el espacio suficiente, desde luego. Existe una visión adultocéntrica donde se les imponen los contenidos que los adultos creemos que les van a gustar, o que les van a servir. Esta visión utilitaria de los contenidos infantiles, que no son un bien en sí, sino un medio para lograr algo: para introducir algún valor, algún principio o un contenido. Esa participación de los niños en los medios tiene que crecer.
(P): ¿Ven algún intento, ya sea en lo público o lo privado, por cambiar este panorama?
(VV): Hay una intención de hacerse cargo de la deuda que existe con la voz de la infancia, con la salud, la participación, la democracia, pero nos falta bastante. Nos gustaría incluir más a los niños en la revista. En el último número aparece una niña de Magallanes, Antonella, y qué ganas que esa historia pudiese ser construida con ella.
(P): ¿Por qué creen que esto ocurre? ¿Es “cómodo” para los adultos que los niños estén al margen del debate público?
(AQ): Creo que es por una falta de validación de la etapa de la infancia. Tendemos a subestimar a los niños y niñas: que no pueden profundizar, que no tienen capas, que no tienen espítitu critico, pero es todo lo contrario. Los niños tienen menos prejuicios que nosotros, entonces son más honestos en sus opiniones y en sus aproximaciones a la realidad. Tienen esa capacidad de asombro, la capacidad de preguntar, y es necesario rescatar ese elemento si queremos armar una sociedad donde queremos que todos participen.