Evita Perón fue una de las mujeres más icónicas en el mundo de la política Argentina. No obstante, después de su muerte, su misticismo quedó grabado en la memoria de todo el mundo, mientras su cadáver embalsado enfrentó un verdadera odisea.

María Eva Duarte de Perón, más conocida a nivel mundial como Evita Perón, fue una de las mujeres más importantes de la política Argentina, luego de convertirse en primera dama al casarse con Juan Domingo Perón.

Su carrera política atrajo a miles de seguidores y detractores, quienes estuvieron al día de las actividades de Evita en el país. Su cercanía con el pueblo y el movimiento feminista, marcó la indignación con la oligarquía argentina, la cual era muy conservadora y no la consideraban una dama.

Aunque un 26 de julio de 1952, la vida de Evita se apagó a sus 33 años a causa de un cáncer de útero, su imagen no quedó exenta de polémicas, que incluso la acompañaron después de la muerte.

La muerte de un icono femenino

A las 21:36 horas del 26 de julio, se informa por radio a todo el país el fallecimiento de la primera dama, Evita Perón. Minutos más tarde, comenzó el tratamiento de conservación de su cuerpo, el cual iba a ser embalsamado por el doctor español Pedro Ara.

Eva Perón
Wikimedia Commons

Su cuerpo fue velado durante 16 días en el Hall de Honor del Congreso, donde sus más fieles seguidores esperaron hasta en filas de 4 kilómetros para despedirla.

Durante su velorio, su ataúd fue abierto dos veces para limpiar el vidrio de la tapa, lo que afectó la conservación del cuerpo. Al finalizar su velorio, el 11 de agosto 1952 su cuerpo fue trasladado a la Confederación General del Trabajo (CGT).

El proceso de embalsamiento del cuerpo de Evita Perón

El doctor Pedro Ara, comenzó el proceso de embalsamiento del cuerpo, con diversos productos químicos para su correcta mantención.

Después de un año, Ara terminó el proyecto de conservación del cuerpo de Evita Perón, el cual se mantuvo 2 años dentro de la CGT.

Aunque muchos seguían de luto al perder un ícono de la política de Argentina, los peronistas y sus opositores aumentaban sus rencillas, lo que terminó en la dictadura o “Revolución Libertadora”.

Sin obtener respuestas sobre la toma de precauciones por parte de José Perón frente a la revolución, la respuesta fue recibida muy tarde al momento de que los golpistas tomaron el poder y el lugar donde se encontraba el cuerpo de Evita.

Un cuerpo en discordia

El cuerpo de Eva quedó en manos de los militares, quienes tuvieron acceso al cadáver preservado de la ex primera dama.

Aunque dudaron de su originalidad pensando que era una figura de cera, decidieron tomar muestras de su oreja izquierda y de uno de sus dedos, además de radiografías, para confirmar que era el cuerpo de Evita, según información de la cadena británica BBC.

Eva Perón embalsamada
Perfil

Luego, el 16 de noviembre de 1955, la marina irrumpe en la CGT, quienes ahora tenían en su poder el cuerpo embalsamado.

El presidente Pedro Eugenio Aramburu, decidió que el cuerpo de Evita debía desaparecer, por lo que se le encargó la misión al teniente coronel Carlos Moori Koenig, jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).

Después de que Moori Koening cambiara el cuerpo a un ataúd, el coronel decidió junto a su equipo robar el cuerpo y llevarlo a un lugar cerca de su despacho. Al descubrir este plan, Aramburu lo relevó sin explicaciones.

No obstante, el nuevo dueño de la “Operación Evasión” fue el teniente coronel Héctor Cabanillas, quien tuvo la misión de enterrar clandestinamente el cuerpo de Evita.

Un viaje con un destino incierto

Aunque existía mucho misticismo sobre la ubicación del cadáver, Cabanillas habló con el presidente Aramburu y le comentó que lo mejor era sacar el cuerpo del país.

La familia de Evita intentó buscar el cuerpo de Evita, pidiendo apoyo a la Iglesia, la cual ya había sido contactada por los militares, con el fin de enviar el cadáver a Milán, Italia.

El cuerpo estuvo 14 años escondido en el país europeo, mientras se contaban cientos de historias sobre el paradero de Evita.

En mayo de 1970, las fuerzas rebeldes capturaron al presidente Aramburu, el cual fue acusado de cazar peronistas y haber hecho desaparecer el cuerpo de Evita. Con el tiempo fue condenado y ejecutado por aquellos crímenes.

Más tarde, el general Alejandro Lanusse tomó el poder de Argentina y llegó a un acuerdo con Juan Perón, quien se encontraba exiliado en Madrid, de devolverle el cuerpo de Evita.

Evita Perón
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Operativo Retorno

Héctor Cabanillas volvió a tomar liderazgo en la recuperación del cuerpo de Evita en Italia para entregar el cuerpo a Perón en Madrid. El 3 de septiembre el cuerpo es llevado a Puertas de Hierro, España donde se encontraba su viudo.

Al recibir el cuerpo de Evita, Perón firmó el acta recibida por parte de Cabanillas, donde confirmaba la recepción del cadáver, según acuerdo.

Sin embargo, en una carta que envió Perón a su prima, declaraba que los militares y marinos se habían ensañado cobardemente con el cuerpo de Evita, según el documental Evita, la tumba sin paz.

El doctor Pedro Ara recibió un llamado de Juan Perón, el cual le pedía un informe sobre el estado del cadáver de Evita, lo que dejaba en claro el estado del cuerpo después de años sin descanso.

Según relatos de la madre de Eva Perón, el cuerpo de su hija se encontraba no en el mejor estado, le faltaba un dedo, una de sus mejillas tenía un corte, su nariz estaba aplastada y sus pies gastados.

Eterno descanso de Evita Perón

En 1973, Juan Perón vuelve a Argentina ganando las elecciones presidenciales de ese año, pero su periodo no alcanzó a durar más de 10 meses, falleciendo debido a problemas cardíacos. Finalmente, asume la presidencia su esposa y vicepresidenta María Estela Martínez.

Tiempo después volvió la revolución a golpear Argentina, donde los peronistas secuestraron el cadáver de Aramburu, reclamando por los restos del cuerpo de Evita para que regresaran al país.

Desde Madrid vuelve el cuerpo de Evita a Argentina, donde su cadáver es restaurado por Domingo Tellechea.

En 1976, otra dictadura militar sacude la política del país, por lo que la junta militar decidió entregarla a su familia.

Evita Perón y Juan Domingo Perón
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El cuerpo de Evita volvió a descansar en la bóveda de su familia en el cementerio de Recoleta, Argentina, el cual se encuentra resguardado por estrictas normas de seguridad.

Finalmente, Evita Perón encontró su descanso eterno en su país natal, donde miles de fieles, tanto nuevos como antiguos, van a visitarla y dejarle una flor en memoria de su gran apoyo al pueblo.