Nueve representantes nacionales e internacionales de distintas disciplinas se embargaron en Radicante, residencia navegable que propone un espacio crítico y contracultural que invita a pensar en la construcción de nuevas epistemes (conocimiento). Todo esto desde la zona más austral de Chile.
Encontrar posibles respuestas a la pregunta “¿Podemos plantear un nuevo mundo desde el confín de América?”, fue la propuesta de la quinta edición de Radicante, residencia navegable gestada por el laboratorio de creación patagónico Liquenlab que en esta oportunidad convocó a nueve representantes locales y latinoamericanos de distintas disciplinas, quienes recorrieron durante cuatro días y tres noches los canales y fiordos de la Región de Magallanes y la Antártida Chilena.
Con el objetivo de persistir en una mirada descentralizada y ‘contra-hegemónica’ -planteamiento fundamental de la iniciativa-, además de promover un espacio para la reflexión colectiva y colaborativa, en esta ocasión Radicante contó con la participación de artistas, investigadores y gestores de diferentes territorios de Chile y el continente.
Ellos fueron: Jorge Díaz, biólogo celular y escritor (Santiago); Constanza Catrileo, periodista y tejedora de witral (Curicó); Jan Araújo, artista y traductor (Brasil); Gonzalo Castro-Colimil, curador y agitador cultural (Temuco); y Ana Laura Cantera, artista, buzo, investigadora y docente, (Argentina)”.
A ellos se suman Juan David Reina-Rozo, formado en Ingeniería Industrial con Estudios Ambientales y del Desarrollo (Colombia); Eliseo Fica, biólogo marino y candidato a Doctor en Ecología y Evolución (Santiago); Rocío Rivera Marchevsky, artista dedicada al movimiento, a las prácticas escénicas performativas, y la improvisación (Valparaíso); y Pamela Domínguez, arquitecta y creadora de la revista digital Aura Austral (Magallanes).
El llamado que Liquenlab realizó para esta edición, la cual fue llevada a cabo durante el 2 y el 6 de diciembre, consistió en invitar a los participantes a imaginar nuevos mundos desde una perspectiva rebelde, que potenciara el diálogo sobre la excepcionalidad del entorno patagónico y que facilitara la inspiración creativa.
Además de fomentar el análisis crítico sobre los significados de los más de 500 años de la circunnavegación por el globo y la expedición de Hernando de Magallanes.
Cabe señalar que el laboratorio creativo Liquenlab, gestado por los artistas visuales magallánicos Nataniel Álvarez y Sandra Ulloa hace ya diez años, potencia la interacción entre el arte contemporáneo, la naturaleza, la ciencia y la tecnología con el fin de impulsar y expandir el desarrollo artístico desde el territorio más meridional de Chile.
Radicante, en ese marco, es uno de sus proyectos más emblemáticos, y se destaca por proponer una residencia contemplativa y no productiva, algo totalmente inusual en su tipo.
Maritorio como lugar de resistencia
Uno de los conceptos que fueron más discutidos y reflexionados en Radicante fue el maritorio, que la periodista Constanza Catrileo describe como “un espacio donde también tenemos que resistir y preocuparnos políticamente”.
Según lo que plantea, “éste está muy abandonado y su inmensidad ya había sido habitada de una forma más consciente por los pueblos indígenas, pero eso cambió producto de la colonización y es necesario volver a esas prácticas ancestrales donde existía un respeto”.
La comunicadora definió la experiencia como “increíble, mágica, reveladora y provocativa”, y comentó: “Me interesa mucho abordar la temática sobre los pueblos indígenas porque como soy mapuche es algo que a mí me llega”.
“Me gustaría indagar más sobre la historia del genocidio que ocurrió en este territorio y las muchas violencias que han ocurrido acá en La Patagonia. Me voy con mucha curiosidad para investigar sobre eso y quizás de ahí puedan surgir otras reflexiones”.
Para el biólogo celular y escritor, Jorge Díaz, la residencia le permitió ampliar sus conocimientos sobre este concepto que según opinó “le devuelve la dignidad al mar”.
“Es necesario en estos procesos de crisis que se están viviendo: crisis sanitaria, crisis climática y crisis política”, señaló.
El investigador también destacó que era imprescindible “la contemplación, la reflexión y el darse el tiempo en una etapa productiva, porque vivimos en una sociedad productivista y el tiempo está vinculado a la transacción del dinero, entonces es importante replantear las nociones del tiempo, ya que el tiempo se vive de manera distinta”, haciendo referencia a sus conclusiones derivadas de la travesía navegable.
Díaz, además, manifestó: “Me gusta que se haya dado este viaje contra-hegemónico porque es replantear las ideas de la colonización europea, blanca, heterosexual que finalmente lo que hizo fue genocidio sobre las poblaciones que ya vivían acá en este territorio del sur”.
“Me parece muy interesante pensar esta navegación como una navegación contra hegemónica. Además la gran mayoría de las personas que estábamos en la navegación, somos personas que nos identificamos como personas no heterosexuales que cuestionan el binarismo de género, el binarismo de la sexualidad y que no queremos colonizar estos espacios, sino aprender de otras formas de vidas que pudimos apreciar mientras viajábamos”, añadió.
Nuevas formas de vinculación
Para la artista y buzo Ana Laura Cantera, Radicante “fue una experiencia movilizadora… Yo vengo trabajando con los modos de concebir las naturalezas, en plural, porque son muchas y diversas, no es una naturaleza única, ni hegemónica”.
“El constante vínculo con los otros, tanto con los compañeros como con los otros no humanos, me han hecho cuestionarme los parámetros con los que venía trabajando y también contribuyen a construir las diferentes concepciones que tengo sobre ellos y que vengo trabajando hace algunos años”, dijo.
Con respecto a la modalidad de la residencia, la investigadora señaló que le llamó la atención que no solicitara el desarrollo de un proyecto.
“En esta contemporaneidad estamos muy poco acostumbrados a la contemplación y a la inacción, estamos en esta vorágine colectiva a diario y a pesar de que en un primer momento puede generar un choque”, dijo.
“Cuando uno está arriba del barco siente que es realmente necesario lo que se está proponiendo porque todo lo que uno está consumiendo a nivel ambiental no lo puede decantar de manera inmediata, sino que lleva un tiempo masticarlo, por lo que es vital este tema de la contemplación y el hacer dialogar el cuerpo con el entorno”, añadió.
Experiencia crucial
El ingeniero ambiental Juan David Reina-Rozo, por su parte valoró la experiencia “de haber estado en silencio frente a las dinámicas cotidianas, las ciudades, las urbes, el poder estar insertado en el medio, en sus sonidos, en sus formas, sus olores, sus sensaciones (mar)”.
También manifestó: “Radicante es una experiencia crucial para el devenir de los procesos creativos de todos los que participamos porque nos saca de nuestros contextos, entonces ha sido una oportunidad excepcional y privilegiada. Me llevó a reflexionar sobre las relaciones con su entorno próximo y al límite, como es el Sur de Chile”.