Dauno Tótoro junto a Javier Rebolledo lanzaron el libro “Rati. Agente de La Oficina. La Pacificación en democracia”. La investigación periodística tiene como protagonista a Jesús Silva San Martín, un exagente de la Policía de Investigaciones de Chile que desclasifica sus memorias.

¿De qué trata Rati?

“A primera vista, se trata de la biografía, en un relato lineal, de un detective que ingresa a la Escuela de Investigaciones en el último período de la dictadura. Es el testimonio de alguien que se autodefine como “rati” (policía que está en la calle, a diferencia del “tira”, policía de oficina), hijo de Carabinero y con dos hermanos que también son policías de Investigaciones.

Jesús Silva ejerce su labor policial durante el primer gobierno de la Concertación, y en este libro devela lo que fue la actividad de recopilación de información de inteligencia en el Gobierno de Patricio Aylwin para desbaratar a los grupos de izquierda radicales o armados que se oponían a esta democracia pactada con la dictadura.

Es el relato de la vida de un policía que es integrado al primer aparato de inteligencia de la democracia, conocido como “La Oficina”, que se conforma justo después del atentado a Jaime Guzmán. Un personaje que comienza infiltrando a organizaciones delictuales y luego al Movimiento Juvenil Lautaro; que detiene a militantes de cierta importancia, que presencia y sufre torturas”.

Proceso del libro: de lo inverosímil a denuncias plausibles

“Cuando Jesús llega a nosotros no sabíamos nada de él. Nos empieza a contar su controvertida historia y es tal la cantidad de información y de denuncias que hace, que la mayor parte del trabajo, más allá de las 15 o 20 entrevistas largas que tuvimos, fue ir revisando expedientes judiciales, buscar otras fuentes, entrevistar a otros tiras para corroborar testimonios, revisar prensa de la época, porque todo parecía inverosímil.

En el proceso de investigación fuimos dando con suficientes datos para, al menos, sospechar que lo que decía era cierto. Luego hicimos un proceso de filtro, sacando lo que no pudimos verificar.

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¿Cómo es Jesús Silva?

“Originario de Balmaceda (Región de Aysén), hijo de un suboficial de Carabineros, que crece con el concepto maniqueo del bien y el mal puros, sin matices. Como dice, el crimen es crimen, venga de donde venga. Se define de derecha, pinochetista (sin saber nada de política) y muy católico.

Jesús quiere ser el mejor policía del mundo, detener a los delincuentes. Pero inmediatamente ingresado a la Escuela de Investigaciones tiene su primer choque moral o decepción cuando les enseñan a torturar.

En la primera parte de su carrera se lanza en aventuras personales, persiguiendo y deteniendo delincuentes, ingresando en solitario a los sectores más peligrosos, siendo premiado como el mejor policía de unidad, el mejor policía de la Región Metropolitana, el mejor policía nacional.

En ese contexto, detecta a una célula del Movimiento Juvenil Lautaro en La Victoria. Él no sabe nada de política, más allá de su profunda admiración por Pinochet, y comienza a leer libros para poder infiltrarlos. Es tal su éxito, que cuando se crea La Oficina es llevado a participar en ella. Para él era perfecto, porque ahí podía desarrollar sus capacidades y habilidades.

Se transforma en un agente de enlace operativo; trabaja en la triangulación entre el mundo político de La Oficina, la inteligencia policial y el equipo operativo de Investigaciones, que serán los que harán las pesquisas, la búsqueda de información, las detenciones, y llevarán a cabo los interrogatorios para obtener confesiones, haciendo uso de las prácticas de tortura.

Hay un momento de quiebre, al ser testigo de la enorme corrupción dentro de la institución, lo que contrasta con lo que ve en los lautaristas. Esos jóvenes no se quedaban ni con un pollo después de robar y repartir un camión entero en la población, mientras que en la policía se quedaban con una parte de la droga decomisada, extorsionaban a los delincuentes. Era, además, una policía narcotizada. Entonces entra en conflictos serios.

Esto lo lleva a dos personajes que son informantes de La Oficina, militantes de izquierda que, además, llevan a cabo delitos comunes graves. En ese conflicto, decide detenerlos (“crimen es crimen”). Aquello le significa una sanción tremenda, la marginación de las labores de inteligencia y, finalmente, la baja por razones psiquiátricas, práctica habitual en la institución para deshacerse de los individuos molestos.

Hoy, Jesús es un tipo retraído, sin más vida social que aquella que mantiene con su esposa e hijo. Se refugia en su trabajo. Mi impresión es que es un ser dañado. Se distingue en él una rara mezcla de culpa por sus acciones y orgullo de su capacidad como policía. Al narrar episodios sentimentales, se afecta, incluso derrama sus lagrimones; pero, al referirse a aquellos a quienes considera responsables de sus males, surge un gesto rencoroso, casi vengativo. Finalmente, a pesar de plantear un discurso de “verdad a toda prueba”, mi impresión es que hoy está inquieto por las consecuencias que puedan acarrear sus dichos en el libro.

Me pregunto si será sólo un acto de conciencia, un impulso motivado -como dice él- por la revuelta social. Puede ser, pero sigue sin convencerme del todo.

¿Cuál es la crisis profunda entre Jesús Silva, La Oficina e Investigaciones? ¿Cuál son las lógicas y las culturas de La Oficina y de Investigaciones? ¿Cuáles son sus límites?

Finalmente, ese es el gran tema del libro. ¿Qué es la inteligencia? Recabar información y analizarla; la información es poder. Históricamente, el poder ha estado concentrado en las élites. Para ellas, mantener el poder económico y político es una meta que excluye cualquier consideración ética o moral. No importan los mecanismos con que se recaba y procesa la información; no hay dilema moral respecto de si acaso se obtiene mediante torturas, montajes o falsos testimonios.

Cuando se produce la transición, que es un traslape entre dictadura y democracia, empiezan a operar triangulaciones espurias. La Oficina estaba integrada por militantes socialistas, pero echó mano de exagentes de la DINA, como Daniel Cancino, quien hoy se encuentra preso en Punta Peuco, y que fue jefe de la brigada de inteligencia que se vinculaba directamente con Marcelo Schilling.

¿Qué le pasa a un policía con el poder que da tener esa información?

El policía que se quiere mantener como tal, seguir su carrera, debe ejecutar órdenes sin criterios éticos o morales. Debe responder a lo que el poder le pide.

Si tiene valores éticos, o los entierra o se retira.

Esto opera en diferentes escalas. Para obtener información en la parte baja, tienes que decidir quiénes serán tus informantes. Son los que has amenazado, extorsionado; es al que no detienes y dejas operar en la medida que sus delitos no sean más graves de aquellos que estás persiguiendo. Eso es poder sobre un ser humano, al que además pones en riesgo. Y eso se va reproduciendo hacia arriba en la escala del poder. Además, siempre existe la tentación de beneficiarse personalmente con esa información.

Rati trata de todo esto, de varias aristas del Caso Guzmán, de la lucha entre distintas secciones de las policías de Investigaciones y de Carabineros por tener información para alimentar al poder, de corrupción, mucha corrupción, y de traiciones políticas, humanas y morales.

RATI. Agente de La Oficina. La “Pacificación” en Democracia.
Autores: Dauno Tótoro Taulis – Javier Rebolledo Escobar
Ceibo Ediciones
Colección: Investigación
Formato: 15 x 23 cms.
Páginas: 302
1a edición: Marzo 2021
2° edición: Abril 2021