“La Buena Educación” (Emecé, Planeta 2019) es una novela potente. Es una historia simple, pero a través de la cual, su autora, Amanda Teillery va construyendo un relato apasionante, mediante las disímiles existencias de Rosario y Sofía; compañeras de colegio y antiguas amigas de infancia, quienes poco a poco son testigos de cómo su convivencia, complicidad y camaradería, van desintegrándose a medida que la pubertad va llegando a sus vidas.

Es en este devenir en el que la autora va desarrollando una prosa fuerte, robusta, que va modelando un relato que exhibe todas las falencias de la perfecta vida de las clases acomodadas; su cotidianeidad y todas las normas sociales que, tanto a nivel individual o familiar van forjando su existencia.

Junto a lo anterior, Teillery realiza una más que acertada descripción de sus personajes; dos jóvenes mujeres cuyas características son completamente antagónicas, a tal nivel que en muchos pasajes llegan a entrar en abierto conflicto.

Sin embargo al mismo tiempo muestran un gran nivel de dependencia de tal manera que, si bien dentro del relato van formando personalidades bastante disímiles -en cuanto a vivir la vida, el despertar de la sexualidad y la forma de encauzarse respecto a las convenciones sociales que las rodean- tienen puntos en común; que funcionan como verdaderas camisas de fuerza respecto a sus pulsiones e íntimos deseos con los cuales pueblan su devenir.

<strong>“Su mamá levantó sus hombros, como si fuese un hábito.
No quiero que te pase nada malo, me preocupo mucho por ti, sólo eso. Te lo digo para que lo sepas –murmuró con una dulzura perturbadora, y luego volvió a decir, como quien recita una lista de compras del supermercado- A las mujeres no les gusta el sexo.
Pero a Rosario sí que le gustaba. Había algo en los hombres que le encantaba”.
(pág. 138)

Otro punto que sobresale en la narración que Teillery hace al interior del relato, es como su prosa se va desenvolviendo en la ciudad de Santiago. Más aún, es en los recorridos de las protagonistas en que la ciudad se va mostrando a medida que ellas van, poco a poco, saliendo de su burbuja y descubriendo un mundo nuevo, que significa el recorrer barrios nuevos de la capital.

Quizás el punto más importante de “La Buena Educación”, es que es un libro que, sin ningún adjetivo, sin pretensión y sin enarbolar ninguna causa, va mostrando al lector una historia de mujeres fuertes, dolidas, a ratos prisioneras, pero al mismo tiempo corajudas; que viven una edad que les da todo el derecho a encontrar su lugar en la vida, así como también a vivir su lugar en la sociedad, con buena o con mala fortuna.

En resumen, “La Buena Educación” es un texto que sorprende con una prosa que a ratos recuerda a María Luisa Bombal, un rincón de literatura, sin nombre ni apellido, en un mundo que enarbola causas, muchas veces sin entender la cotidianeidad en cada uno de los procesos de originan cambios sociales.

En resumen, una novela que se debe leer de principio a fin.

La Buena Educación

Amanda Teillery
Santiago, 2019
Editorial Planeta Emecé
ISBN 978-956-9956-25-6