La justicia boliviana dictaminó este miércoles la “inexistencia” del supuesto hijo del presidente Evo Morales y su exnovia Gabriela Zapata, y decidió archivar la demanda del mandatario para obligar a su expareja a presentar al menor ante las autoridades.

La jueza del Juzgado Segundo Público de la Niñez y la Adolescencia de La Paz, Jacqueline Rada, dictaminó la “inexistencia física comprobada” del menor, por lo que desestimó la demanda del gobernante, según el dictamen.

“Luego de la valoración de las pruebas, en aplicación plena de la Constitución Política del Estado (…), de la Convención sobre Derechos del Niño (…), falla declarando improbada la demanda (…) por inexistencia física comprobada del niño EFMZ”, señala el fallo.

Además, el tribunal estableció que “no existen otros registros que acrediten y confirmen la existencia física del sujeto de protección” (el supuesto hijo).

Según el veredicto, Zapata presentó ante la justicia “cuatro fotografías impresas de diferentes niños de diferente edad, con el niño que fue presentado al equipo y a la suscrita juez y habiéndose dispuesto la realización de la prueba de ADN, la misma no se cumplió”.

El dictamen, conocido recién este miércoles, fue emitido por la jueza el pasado viernes, ocasión en que los abogados de Zapata se declararon triunfantes a la salida de la audiencia, hizo notar el abogado del presidente, Gastón Velásquez.

Morales había afirmado hace dos meses que Zapata le dijo en 2007 que el niño había muerto, pero luego expresó dudas sobre su existencia.

Zapata fue gerente de la firma china CAMC, con millonarios contratos con el estado boliviano. El propio gobierno ha reconocido que ella despachaba irregularmente desde dependencias públicas, lo que abrió denuncias opositoras de tráfico de influencias.

Ante la versión de que había un hijo, Morales presentó semanas atrás una demanda contra Zapata para que el menor fuese presentado ante las autoridades. Ella aseguró hace dos semanas que su pequeño fue llevado ante el juez, aunque el abogado del mandatario informó que no tenían conocimiento formal del hecho.

El caso saltó a la luz pública pocos días antes del referendo convocado por Morales, el 21 de febrero, en el que los bolivianos deberían decidir si podía postularse a un cuarto mandato (2020-2025).

El mandatario, en el poder desde 2006, perdió la consulta, su primera derrota en las urnas, y consideró que el manejo que la oposición hizo del caso del supuesto niño incidió en su derrota.

Morales fue absuelto el martes de cargos de tráfico de influencias por el pleno del Congreso, de mayoría oficialista.