El líder serbiobosnio Radovan Karadzic fue condenado este jueves a 40 años de cárcel por el genocidio de Srebenica y crímenes contra la humanidad durante el conflicto de Bosnia, escenario de las peores atrocidades en Europa desde la II Guerra Mundial.
El tribunal creado por la ONU para juzgar los crímenes durante esa sangrienta guerra (1992-1995) lo consideró igualmente culpable de nueve cargos de crímenes de guerra y contra la Humanidad, pero desechó en cambio, por falta de pruebas, el cargo de genocidio en otras siete ciudades y aldeas bosnias.
El acusado, de 70 años, escuchó impasible la lectura de la condena, aunque su abogado anunció que apelará.
Más de 20 años después de la guerra que causó más de 100.000 muertos y 2,2 millones de desplazados, “se hizo justicia”, aseguró el fiscal del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY).
En la sala había exprisioneros y madres de víctimas de Srebrenica, así como diplomáticos y periodistas de todo el mundo.
Karadzic es hasta el momento el funcionario de más alto rango sentenciado por el TPIY, tras la muerte en 2006, durante su juicio, del expresidente serbio Slobodan Milosevic.
Reconocible por su abundante cabellera blanca, Karadzic fue el presidente de la república unilateralmente proclamada de los serbios de Bosnia, la República Srpska.
Quería, según la acusación, dividir Bosnia y “expulsar permanentemente a los musulmanes y croatas de los territorios reivindicados por los serbios de Bosnia”.
El miércoles, durante su alegato final, Karadzic afirmó que era “un hombre de paz”. “Hice todo lo que era humanamente posible para evitar la guerra y reducir el sufrimiento humano”, declaró.
Esta sentencia “es simbólicamente poderosa, sobre todo para las víctimas de los crímenes durante las guerras en Bosnia-Herzegovina y en toda la ex Yugoslavia, pero también para las víctimas en el mundo entero”, dijo en un comunicado el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein.
“Limpieza étnica”
Karadzic, psiquiatra de formación, era el máximo jefe político en la parte bajo control serbio en Bosnia cuando ocurrió la matanza, en julio de 1995, de casi 8.000 hombres y adolescentes musulmanes en Srebrenica.
El tribunal considera probado que esta masacre fue parte de un plan de “limpieza étnica” montado por Karadzic con el general Ratko Mladic y Slobodan Milosevic después de la desintegración de Yugoslavia, en 1991.
La acusación también le imputaba la responsabilidad del asedio de Sarajevo, que duró 44 días y se cobró 10.000 vidas, así como de los campos de detención en “condiciones de vida inhumanas”, pero esos cargos no fueron retenidos.
Karadzic, otrora el fugitivo más buscado de Europa, escapó a la justicia internacional durante casi 13 años.
Fue detenido en julio de 2008 en un autobús en Belgrado. Se hacía pasar por un terapeuta de medicina alternativa.
Su juicio por genocidio ante el TPIY empezó en octubre de 2009 y terminó en octubre de 2014 después de 497 días de audiencias y 586 testigos.
Para el fiscal Serge Brammertz, el juicio contra Karadzic es “uno de los más importantes de la historia del TPIY”, tanto por el número de víctimas como por la “responsabilidad de hombres políticos en el sufrimiento de su pueblo”, afirmó a la AFP.