Santiago ha visto estas últimas semanas un aumento en la población de polillas, las que se pueden ver fácilmente de noche, revoloteando en parque y edificios.
La causa de este fenómeno responde a la extensión que ha tenido el invierno, instando la incubación de más polillas de lo normal, según ha explicado Alfredo Ugarte, entomólogo.
“Estamos llenos de polilla porque como las lluvias del invierno se fueron a la primavera, el pasto que crece normalmente en invierno –que ya ha inicio de primavera se seca– todavía está verde”, dijo Ugarte en entrevista con el programa Podría Ser Peor de Radio Bío Bío.
El pasto, añadió, “es la fuente de alimento de este tipo de polillas, que es la que estamos viendo hoy en nuestras casas, que son de 2 a 3 centímetros, largos, y que pertenecen a la familia de los noctuidos (Noctuidae), que no tienen nada que ver con las polillas que se comen la ropa”.
¿Qué hacer?
Las polillas, confirmó el mayormente conocido como ‘bichologo’, no tienen ningún efecto negativo en las personas. “Las polillas no tienen aguijón, no tienen veneno, no tienen mandíbula”, por tanto no hay efecto para el humano.
Donde sí hay consecuencia, es en la agricultura, ya que “los gusanos de estas polillas se comen las raíces de los pastos, como del maíz, el trigo, arroz, y otros cultivos”.
El llamado que hizo el especialista, es a la paciencia, pues por más insecticida que se coloque, éstas seguirán por unas semanas y será pasajero. “Hay que aplicar paciencia. Es un proceso que va a durar muy poco. Se pronostica que el verano se viene rápido, las temperaturas van a aumentar, los pastos se van a secar y las polillas van a desaparecer”, adelantó.
Para los impacientes, Ugarte aconsejó “tener las ventanas cerradas, prender focos afuera de la casa y con eso se van. Las polillas siguen la luz ultravioleta que producen nuestros focos, entonces las ampolletas afuera de la casa sirven de atractivo”.
Escucha la entrevista completa realizada por Julio César Rodríguez en el programa Podría ser peor:
En un año normal, en esta época el pasto ya está seco, y con ello se habían completado todos los ciclos de una polilla, que son entre dos a máximo tres generaciones. Pero este año, “ya vamos unas seis generaciones. Y como tu sabes, una polilla pone 150 huevos aproximadamente, y así cada uno de ellos, 150 huevos más, lo que causa un crecimiento exponencial”.