La heterosexualidad como norma social ya no es más que una triste idea del pasado. La exploración sexual en el ser humano lo ha ayudado a encontrar términos para definirlo, acomodarlo y re-insertarlo en una sociedad que alguna vez lo marginó sin motivos.
Es por lo anterior, que las declaraciones sobre identidad sexual entre los personajes públicos son cada vez más frecuentes, al igual que el abanico de opciones que escapan más allá de la homosexualidad o la bisexualidad, que causaron polémicas hace pocos años.
Así es como Miley Cyrus declaró la semana pasada que se identificaba como pansexual, abriendo un espacio en los medios a un debate sobre la identidad y preferencias sexuales que se mantiene entre millones de bocas hace muchos años.
Género y sexualidad
La orientación sexual es un tema complejo, el cual se puede desmenuzar según las atracciones románticas, eróticas, sexuales o emocionales que un individuo pueda sentir respecto de los demás. Sin embargo, antes de definir las orientaciones es importante aclarar que existen otros términos globales que se aplican a una persona según su identidad de género: cisgénero y transgénero.
Mientras que en el primer caso la persona posee una determinada identidad correspondiente con los papeles que la sociedad ha asignado a su género (por ejemplo, alguien que nació siendo hombre y se identifica a sí mismo dentro del género masculino o una nacida como mujer que se identifica en el género femenino), en el segundo caso, hay una discordancia entre ambos roles.
Es por ello, que una persona transgénero no implica una orientación sexual específica, pero sí una transformación física al sexo opuesto en algún grado. Mientras un transexual quiere transitar de un género al opuesto para realizas su vida dentro de este, una persona que practica el travestismo o drag se viste parcialmente de otro género con distintas motivaciones.
Otra definición que no cabe dentro de las orientaciones sexuales es la Intersexualidad. La anterior corresponde a una anomalía orgánica que poseen las personas con genitales femeninos y masculinos a la vez. Este término antes se conocía como hermafrodita, sin embargo, se reemplazó con uno más empático.
Orientaciones sexuales
Existen un sinfín de orientaciones sexuales, sin embargo, la mayoría puede ser identificada como una variante de otra más amplia. Es así como se cataloga la orientación de una persona según la cantidad de géneros por las que pueda sentir alguna atracción: monosexualidad y polisexualidad.
La monosexualidad, es la atracción a un sólo género u orientación específica, en donde se pueden encontrar a los heterosexuales u homosexuales (por ejemplo), mientras que en la polisexualidad se pueden agrupar a la pansexualidad y bisexualidad. A continuación, conoce la definición de las orientaciones sexuales más amplias.
- Heterosexualidad: Atracción de un hombre hacia una mujer; o de una mujer a un hombre.
- Homosexualidad: Atracción de una persona a otra de su mismo género.
- Bisexualidad: Atracción de una persona hacia hombres y mujeres.
- Asexualidad: Falta de una orientación sexual. Carece de atracción.
- Pansexualidad: Atracción de una persona hacia cualquier otra, sin tomar en cuenta su género u orientación sexual.
- Demisexualidad: Atracción sexual de una persona hacia otra, sólo con quien previamente desarrolló lazos emocionales estables.
- Antrosexualidad: Persona con desconocimiento de su orientación sexualidad y amplia flexibilidad para descubrirla.
Transitando el género
Cuando tenía 17 años, Magdalena Fabbri Lizarrague comenzó a vivir una transición de género al sentir que su cuerpo no le correspondía. Sin embargo, fue recién siete años después cuando decidió someterse a un tratamiento y operación para convertirse en una transfemenina.
“Ya no podía con la incomodidad de vivir en un cuerpo masculinizado, que me encerraba en roles de género que no me agradaban”, confiesa Magdalena. “Sentía que estaba atada a ser algo que no me nacía ser”, declara.
Pese a la fuerte determinación de su decisión, Magda recibió un enorme apoyo de su familia y amigos que se fue disminuyendo durante el tiempo. “La gente no sabe los costos sociales ni económicos que significa realizar un tránsito de género”, cuenta.
“A mi mamá le preocupaba que me mataran en la calle, que saliera caro y que mi vida se volviera más complicada de lo que ya era. Ahora vivimos juntas muy cómplices, nos cuidamos y queremos, ella está feliz de tener una hija que vive a full“, cuenta. “Mi papá me apoyó al principio y después le dio vergüenza, así que dejamos de hablarnos hasta el día de hoy. Mis amigos lo tomaron muy bien, todos sabían o intuían que yo no cabía en la categoría de hombre”, agrega.
Luego de la operación realizada en la Clínica Univeritaria (Concepción), Magda cuenta que sintió que “seguía siendo la misma persona que antes, sólo que más feliz”.
“Me sentía más tranquila usando la ropa que me gustaba. Me sentía un poco más cómoda mirándome al espejo”, relata.
Sin embargo, Fabbri reconoce algunas dificultades en su decisión de vivir como transfemenina: la violencia vivida por las mujeres históricamente y las discriminaciones propias que viven las personas trans al ser excluidas del sistema. De todas formas, Magda asegura que para ella “ser trans es un placer”.
“A pesar de la violencia institucional que se vive al ser excluidas del sistema educativo, del trabajo y de la salud, nosotras seguimos luchando por el reconocimiento de nuestras existencias y por ejercer nuestros derechos plenamente”, agrega.
“Muchas creemos que la belleza es lo que nos garantiza la supervivencia, porque nos hace más deseables, cuando en realidad pienso que deberíamos empezar a desarrollar más discursos para defender nuestras autonomías y nuestra existencia”, cuenta.
A pocos meses de terminar su carrera de psicología, con 24 años y asumiendo el cargo de Directora de la asociación Organizando Trans Diversidades (OTD), Magda señala que dejar su pasado como bio-hombre no está dentro de sus intereses.
“Borrar esas historias es esconder 23 años de vida en los cuales también me reí y lloré, años en los que no dejé de vivir a pesar de no haber vivido a full. Muchas personas trans creen que el pasado se borra al empezar a ‘pasar piola’. Yo, como activista, creo que a esos 23 años les debo en gran parte todo lo que soy ahora, y todo el placer que me produce decidir sobre mi identidad”, declara.
Respecto a su trabajo en OTD, Magda cuenta que es una organización que instituye a personas trans a lo largo de todo el país (en materias de salud, políticas públicas, entre otros) y que continuará esforzándose para que los derechos esenciales de las personas sean reconocidos.
“A través de nuestro trabajo, buscamos el reconocimiento de los derechos de la comunidad trans. A nivel interno, buscamos organizar a las personas trans en pos del empoderamiento de nuestra comunidad, fomentando el desarrollo de discursos políticos que permitan avanzar hacia el reconocimiento de nuestras identidades y diferencias individuales”, agrega.