En una entrevista con la revista estadounidense “The New Yorker”, la presidenta argentina, Cristina Fernández, defendió el memorándum firmado con Irán para esclarecer el atentado a la mutual judía AMIA.
“Estamos en una situación de punto muerto donde ni los iraníes extraditan (a los presuntos culpables) ni el juez (a cargo del caso) les puede tomar declaración. De ese punto muerto de 21 años es del que quisimos salir con el acuerdo”, dijo la mandataria en una entrevista concedida a la revista estadounidense The New Yorker y que la mandataria difundió este domingo a través de las redes sociales.
Argentina firmó con Irán en 2013, en Etiopía, un memorándum de entendimiento que abrió la posibilidad de que ex funcionarios de Teherán sospechosos de haber planificado el atentado terrorista a la AMIA -que causó la muerte de 85 personas en Buenos Aires y del cual se conmemorarán 21 años el próximo sábado-, pudieran declarar ante el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral.
El acuerdo fue avalado por el Parlamento pero resultó cuestionado en la comunidad judía en el país. Además, un tribunal de Justicia lo consideró inconstitucional. Entre sus puntos principales, el memorándum establece la creación de una Comisión de la Verdad, compuesta por juristas internacionales, para cooperar con la investigación. Sin embargo, hasta el momento no entró en vigor.
Consultada sobre si el gobierno de Irán es responsable del ataque, cometido el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires, la presidenta argentina respondió: “De acuerdo a lo que dice la Justicia argentina tengo que decir que sí por eso sino no hubiera firmado el acuerdo”.
¿Convenio secreto?
La mandataria desestimó que detrás del acuerdo con Irán haya existido un convenio secreto para garantizar que los ciudadanos iraníes involucrados presuntamente en el hecho sean exculpados a cambio de impulsar la relación comercial entre ambos países.
Ese era el argumento que en enero pasado presentó públicamente quien era el fiscal del caso, Alberto Nisman. Cuatro días después de difundir esta hipótesis, el funcionario judicial apareció muerto de un disparo en su departamento de Buenos Aires en circunstancias que seis meses después todavía no han sido aclaradas. “¿Cómo podía ser algo secretamente cuando los ojos de todo el mundo están mirando?”, alegó la mandataria.
Acerca de la muerte de Nisman y su investigación, que luego fue desestimada judicialmente por falta de sustento, la presidenta dijo que si bien no tiene pruebas, “hubo una gran maniobra política contra el gobierno con ramificaciones nacionales y para impactar también internacionalmente en situaciones que se están viviendo hoy en Medio Oriente, en Estados Unidos y demás”.