Michael Townley llega a Casablanca, región de Valparaíso, junto a su familia en 1957 y 4 años más tarde se casa con Mariana Callejas, con quien tuvo 2 hijos.
La familia Townley-Callejas decide dejar Chile para radicarse en Miami hasta 1969, lugar en el que sólo están hasta 1972. Ese año, vuelven al país para comenzar a entrenar a los miembros de Patria y Libertad en temas relacionados a la electrónica, escuchas y en un arma artesanal muy particular para esos tiempos: Una bomba molotov rellena con aserrín para que el combustible demorara más tiempo en consumirse y en consecuencia ser mucho más dañina que una molotov normal.
Townley, entre otras cosas, fue el responsable de la muerte de Orlando Letelier (Estados Unidos) y el general Prats (Buenos Aires), dado que fue él quien fabricó e instaló los artefactos explosivos que dieron muerte al ex canciller y al militar.
Todas estas actividades las realizó bajo la supervisión de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), institución de la dictadura mandatada por Manuel ‘Mamo’ Contreras. Fue este último quien le proporcionó a Townley una casa en Lo Curro para que fuera utilizada como centro de operaciones y laboratorio en donde se especializó en distintos tipos de armas, siendo la más recordada el gas Sarín.
Actualmente vive en Estados Unidos bajo un nombre falso otorgado por el gobierno americano, ya que se acogió al Programa de Protección a Testigos tras efectuar una serie de declaraciones en donde entregó detalles sobre los procedimientos y muertes en las que estuvo involucrado.
El inicio de todo
El 21 de marzo de 1973, cerca del mediodía, Mario fue a visitar a su hermano hasta la pensión en donde residía en calle Freire. Al entrar a su habitación lo encontró amarrado de pies y manos, amordazado, en el suelo y sólo vestido con una camiseta y calzoncillos blancos, según se constata en el expediente del juicio.
El hermano de Mario, Jorge Henríquez González, murió a los 35 años.
Según diversos diarios regionales de la época, Canal 5 se vio afectado por diversas interferencias en sus transmisiones, las que obviamente fueron debidamente denunciadas. Después de investigar se logró constatar que la antena que obstruía la señal se encontraba en el techo de la Dirección de Servicios Eléctricos de Concepción ubicada en calle Freire, justo al lado de la habitación de Jorge Henríquez González.
Según se detalla el expediente, el periodista de Radio Agricultura, Manuel Fuentes, se contactó con el otrora director de Canal 13, el cura Raúl Hasbún, para comunicarle que un amigo podía solucionar el problema de las obstrucciones a la señal en Concepción.
Luego de eso, Fuentes logra concretar una reunión con Hasbún y su amigo, quien resultó ser Michael Townley.
El plan de Townley era viajar a Concepción con dos personas más pertenecientes a Patria y Libertad. Juntos detectarían el origen de la obstrucción a la señal regional del canal católico.
Michael Townley utilizó la ‘chapa’ de Manolo Torres. Él, junto a sus dos cómplices, llegaron a Concepción el 14 de marzo de 1973 y se hospedaron hasta el 16 de ese mismo mes en el Hotel Dorado, específicamente en la habitación 423, según consta en el expediente judicial.
Durante días vigilaron el terreno en donde se encontraba la antena obstructora, mismo periodo en los que estudiaron la rutina de las personas que vivían en las cercanías, sobre todo la del pintor Jorge Henríquez, quien residía a un costado de los equipos que bloqueaban la señal del Canal 5.
La muerte del pintor
Durante la madrugada del 21 de marzo de 1973, la cuadrilla de Patria y Libertad decide que es tiempo de ejecutar el plan que han trazado tan meticulosamente. Para esto se dirigen hasta el número 382 de la calle Freire.
Con una copia de la llave de la pensión lograron entrar. En el lugar encontraron lo que obstruía la señal de Canal 5: un oscilador y un ondámetro, ambos avaluados en algo más de 105 millones de pesos de esta época.
Una vez que los encuentran, Townley decide cambiar el plan. Ya no quiere destruir el oscilador ni el ondámetro, los quiere intactos.
Fue en ese instante cuando el pintor se percata de la presencia de los 3 sujetos al interior de la pensión y comienza a gritar alertando sobre un robo.
Según las declaraciones de los cómplices de Townley, éste logró reducir al pintor atándolo de pies y manos en una amarra que unía ambas extremidades por la espalda. Luego de eso, tomó una cinta adhesiva de 7 centímetros de ancho y le dio 5 vueltas entre la nuca el cuello.
No conforme con eso, tomó un paño y lo dobló de tal manera que, cada vez que el pintor intentaba incorporarse se ahorcaba.
Según la investigación de la época, la cinta adhesiva cortó la circulación de la sangre de Jorge Henríquez provocando que ésta se acumulara como un tapón en su garganta. Murió por estrangulamiento y no asfixiado como dijeron algunos. Anoxia dijeron los más entendidos.
Comienzan las detenciones y Townley escapa
Los diarios de Concepción anunciaban en primera plana la detención del director de Canal 5, Carlos de la Sotta, junto a dos de sus empleados por la muerte de Jorge Henríquez. También fue detenida la dueña de la pensión, María Inés Fuller, por entregarle a De la Sotta las llaves de la pensión para que éste último se las pasara a Townley.
En días posteriores los diarios se llenaron con denuncias de tortura hacía De la Sotta por parte de la policía y el padre Hasbún acusaba violación a los derechos humanos de sus trabajadores.
Tras tres meses de investigación se logró establecer que uno de los involucrados en la muerte del pintor era nada menos que Michael Townley.
Luego de un tiempo, el mismísimo Townley declararía que una vez que lo involucraron con este caso decidió fugarse del país caminando hacia la frontera con Argentina.
Según su declaración, su salida del país sólo le costó 2 botellas de pisco para los gendarmes que cuidaban el puesto fronterizo.