Sin mayor producción en su vestimenta o el escenario, Lee Ranaldo demuestra que la ostentosidad es innecesaria para obtener un show prácticamente al 100%. Sólo con su guitarra y la banda, capta la atención del público en cada segundo de concierto.
A pesar de que pareciera obvio que la gente esperara por canciones de Sonic Youth, Ranaldo logra desmarcarse de esa etiqueta de guitarrista bajo perfil que alguna vez le conocimos, para realzarse con un proyecto solista que si bien aún no alcanza la popularidad de la banda liderada antiguamente por Kim Gordon, cuenta con lo suficiente para ganarse sus propios fans.
Y no es para menos, ya que este músico deja en claro su vasta experiencia y que los años carrera no han sido en vano. Con ello además pone en evidencia que su puesto entre los mejores guitarristas a nivel mundial, escogido por la Rolling Stones, no surge de manera fortuita.
Así lo demostró también al entrar al escenario junto a The Dust.
Pasada las 20:00 hrs. del domingo 14 de julio, Ranaldo comenzó su gira en Latinoamérica y Chile fue el primero en recibirlo. Entre gritos y expectación, uno de los artistas más importantes de las últimas décadas se presentaba en nuestro país para, sin el afán de exagerar, dar uno de los mejores espectáculos en lo que va del año.
“Tomorrow Never Comes” fue la encargada de abrir el show ante una Ex Oz que si bien no estaba repleta, contaba con la cantidad precisa de personas para hacer de éste un ambiente sincero, con un público que fue a disfrutar cada acorde sacado por Ranaldo, o que asistió con la seguridad de ver un gran concierto.
Continuando con la presentación, la tranquilidad de “Angles” y la aplaudida y reconocida “Off The Wall”, dieron paso a la historia de “Xtina As I Knew Her”, tema en el que el guitarrista hizo un alto para contar cómo nace la letra de esta canción, remontándose a su juventud. Asimismo lo hizo con “Shouts”, canción inspirada en la fotografía que le acompaña pegada en una de sus guitarras, y que muestra a una pareja de Vancouver besándose en el medio de una protesta.
Para Ranaldo, la revisión de su discografía y el adelanto de su último álbum “Last Night On Earth”, no fueron suficientes para conformar a la audiencia, por ello agregó covers de bandas que ha señalado como influencias en su carrera, demostrando una vez más su calidad musical, porque no importa si reversionan o componen, su banda y él suenan igual de poderosos.
“Everybody Get Burned” de The Byrds, “Thank You For Sending Me An Angel” de The Talking Heads y “Revolution Blues” de Neil Young, cerraron la primera parte de la casi hora y media que estuvieron sobre el escenario. Pero el show no terminó ahí, ya que hubo un regreso para apaciguar al público que para ese entonces ya estaba eufórico.
Ranaldo & The Dust volvieron a salir para tocar un par de canciones más, finalizando con “Waiting On a Dream”, un tema preciso para culminar lo que fue un espectáculo que si es que estuvo imperfecciones, lograron pasar desapercibidas.
Al nombrar a Lee Ranaldo inevitablemente nos trasladamos al sonido ruidoso de comienzos de los 80’, el que prácticamente el instauró en la industria junto a Sonic Youth, pero al verlo junto a The Dust, se aprecia un rock más puro, centrado en lo instrumental, con melodías que no suenan a un añejado o repetido alternativismo, sino a una banda experimentada que logra obtener nuevos resultados tras reciclar y pulir lo que fueron sus inicios.
Alan Licht en guitarra, Tim Lunztel en bajo y Steve Shelley – quien también es parte de Sonic Youth y amigo personal de Ranaldo- acompañan al músico sin perder protagonismo, ya que tras verlos en vivo se sabe que sólo en conjunto llegan a esa armonía musical apreciada en cada canción, donde sus instrumentos encajan formando una figura exacta.
Definitivamente un show imperdible que muestra desde guitarras tocadas como violines, hasta historias de adolescencia contadas por uno de los fundadores del noise, quien pareciera ser la sabiduría hecho guitarrista.