Tal como esperaban las organizaciones de mujeres que por meses realizaron una campaña a favor de que se hiciera justicia en el caso de Karina Sepúlveda, el Tribunal Oral en Lo Penal de Puente Alto absolvió a esta mujer que fue víctima de violencia de género por 18 años, aplicando por primera vez en Chile la eximente de estado de necesidad exculpante contenida en la Ley de Femicidio.
La jueza presidenta, Patricia Cabrera no alcanzó a terminar la frase que anunciaba la decisión del tribunal de absolver por segunda vez a Karina Sepúlveda, cuando sus palabras fueron silenciadas por los gritos exultantes de decenas de mujeres que asistieron a su veredicto, y que respaldaban a una mujer que durante 18 años –según se pudo acreditar- soportó los tratos vejatorios y golpes de su conviviente, Claudio Reyes, para finalmente matarlo la mañana del 17 de octubre de 2011 de un disparo mientras el hombre dormía.
Tatiana Hernández, socióloga del Observatorio de Género y Equidad, dijo que “estamos frente a una absolución y un caso emblemático. Por primera vez se usa la eximente por estado de necesidad exculpante de la Ley 20.480, esto es que un poder del Estado reconoce que la sociedad chilena y la institucionalidad, para garantizar la protección y el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia, fallaron a Karina Sepúlveda”.
Agregó, que el Tribunal Oral en lo Penal de Puente Alto, reconoce el carácter de la violencia que vivió por 18 años: grave y sistemática, y falla en ese contexto y considerando la problemática. “Esto es algo fundamental en el marco del Derecho Internacional de los DDHH de las Mujeres, haciendo Justicia con Karina y sus hijos”.
La abogada de Corporación Humanas, Daniela Quintanilla, en tanto sostuvo que el caso de Karina Sepúlveda es emblemático y viene a demostrar la brutal violencia que sufren muchas mujeres en Chile, a las que el Estado no está protegiendo debidamente porque no se cuenta con un Plan Integral de prevención de la violencia de género, para cumplir las obligaciones internacionales que incumben al Estado para prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres.
Karina Sepúlveda Cisternas (34) sufrió por 18 años violencia grave y sistemática por parte de su pareja y padre de sus tres hijos de 18, 13 y 4 años. Durante todo ese tiempo fue amenazada de muerte, violentada sexualmente y golpeada brutalmente, incluso con resultados de fracturas. Así dio cuenta en su testimonio en ambos juicios: “Los golpes que recibí fueron a toda hora y todos los días, llegué a dormir en el piso porque él siempre estaba enojado conmigo”, relató.
Una vez fuera de la sala de audiencias, una Karina impactada y aliviada enfrentó los micrófonos, las cámaras de televisión y los abrazos de los asistentes casi muda. Sólo repetía “agradezco a todos, muchas gracias por haberme apoyado. Al fin podré vivir tranquila con mis hijos”.