Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Juventud, publicado en un artículo de Las Últimas Noticias, los chilenos se van de la casa de sus padres a la edad aproximada de 27 años.
Para analizar esta situación conversamos con Cecilia Asenjo, psicóloga de la Clínica de la Universidad de Concepción, quien aseguró que este fenómeno ocurre por dos razones: En primer lugar, porque los jóvenes cada vez van siendo más conscientes de las responsabilidades que conlleva independizarse y, en segundo, por el denominado “Síndrome de Peter Pan”.
“Este se refiere a que los adultos jóvenes aún tienen conductas infantiles, en lo que se refiere a separarse del seno familiar. Tienen más problemas en cerrar procesos. En algunos casos trabajan, pero no se aferran a eso, por lo que suelen abandonar con facilidad”, explicó la profesional.
Según la psicóloga, en muchos casos el abandono familiar tardío se debe a la educación que se recibe en casa, ante lo cual podría entrar en juego otro factor: el denominado “Síndrome del nido vacío”.
“Esto hace relación al miedo que tienen los padres de reencontrarse como pareja una vez que los hijos se van. De este modo, desde pequeños se tiende a sobreproteger a los niños e inculcarles el daño que les harán como padres si se van de casa. Al crecer con este sentimiento, hacen que los niños se sientan culpables y se queden más tiempo en el hogar”, añadió.
En comparación con otros países, la situación de Chile no es tan extraña. En Europa, concretamente en España e Irlanda, los jóvenes abandonan el hogar de los padres a la edad de 29 años. Por otra parte, Alemania, Bélgica y Suecia componen los países donde se deja la casa de los padres más pronto.
Asenjo explicó que el caso de Estados Unidos es muy particular. “En Norteamérica dejan que los niños se formen en el camino, creando sus propios senos familiares a los 18 años, trabajando para poder independizarse”, señaló.
Sobre la “situación de estudios” se puede comprobar que el 50% de los jóvenes está matriculado en la báscia, media o superior. El 81% de los veinteañeros declaró haber terminado la educación media y el 10% dijo que trabaja y estudia.
Pero un dato preocupante es que el 11% aseguró no trabajar, ni estudiar, los que son conocidos como “generación Ni-Ni” en España.
“En algunos casos se debe a que no existen sustento económico para poder realizar estas activdades, sin embargo esto dice relación con la sobreprotección de los padres hacia sus hijos, los que no dejan desarrollarse de manera eficiente, no obligándolos a estudiar o a trabajar, sabiendo que esto los hace responsables”, finalizó.
Escucha a continuación la entrevista realizada en el programa “Hoy en La Radio” de Bío Bío de Valparaíso y Viña del Mar.