Los opositores al régimen se manifiestaron este viernes en Siria, día en que se cumplen dos años desde que estalló la revuelta popular contra Bashar al Asad, para exigir que la sangre derramada lleve a la caída del clan en el poder desde hace más de cuatro décadas.
“Dos años de sacrificios por la victoria”, es el lema de los opositores este viernes, para subrayar que la protesta pacífica que estalló en marzo de 2011 se convirtió en una lucha armada como resultado de una represión brutal. Según la ONU, el conflicto sirio ha cobrado más de 70.000 vidas.
Violentos combates tuvieron lugar el jueves por la noche en la localidad de Jussiye y otros pueblos fronterizos con Líbano, en la provincia central de Homs. En esta provincia estratégica, que conecta el sur con el norte del país, 14 rebeldes y 19 soldados murieron el jueves.
Las autoridades sirias amenazaron el jueves con atacar en territorio libanés a los “grupos armados” que se infiltran en Siria para combatir junto a los rebeldes, indicó la agencia oficial siria Sana.
“Las fuerzas sirias han mostrado moderación al no atacar a esos grupos dentro del territorio libanés (…) , pero eso no durará indefinidamente”, advirtió el ministerio sirio de Relaciones Exteriores en una carta enviada a su homólogo libanés.
En varias ocasiones desde que estalló el conflicto en Siria, enfrentamientos que implican al ejército sirio estallaron en la frontera entre Siria y Líbano.
Por otra parte, los suburbios del sur de Damasco fueron escenario de bombardeos y combates durante la noche, principalmente en el campo palestino de Yarmuk y Qabun.
Asimismo, los enfrentamientos continuaron en la provincia de Damasco y Alepo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que se apoya en una amplia red de informantes.