Después de ser reconocidos como el tercer sexo, los transexuales paquistaníes estarán representados en las elecciones previstas para esta primavera (boreal), donde su candidata, Sanam Fakir, afirma que los “eunucos” no deben limitarse a bailar, mendigar o prostituirse.
Pakistán, un país donde los golpes de Estado son frecuentes desde su creación, en 1947, organizará para mediados de mayo las primeras elecciones nacionales de su historia después de que un gobierno electo logró terminar un mandato completo.
Estos comicios históricos para la consolidación de la democracia en este país musulmán conservador de más de 180 millones de habitantes se prepara para una primicia: la participación de un miembro de la comunidad de los “eunucos” o “hijras” en urdu, hermafroditas, transexuales y travestis.
En 2009, la Suprema Corte paquistaní ordenó al gobierno que reconociera a los eunucos como un sexo. De esta forma dio el primer paso hacia el reconocimiento de los derechos de esta minoría, cuyos miembros (aproximadamente medio millón) son pagados para bailar en las bodas, obligados a pedir limosna e incluso a ejercer la prostitución.
Dos años después, la justicia les dio el derecho de participar en las elecciones.
“Nuestro destino no es simplemente bailar para los otros o mendigar. También tenemos una vida”, declaró por teléfono a la AFP Sanam Fakir, de 32 años, desde Sukkur, una pequeña ciudad de la provincia de Sind, a 800 km al sur de Islamabad.
Sanam Fakir será candidata independiente para un escaño de diputada en el parlamento de la provincia de Sind. Sin embargo, tiene pocas probabilidades de ganar en este bastión del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP, en el poder), donde las grandes familias de los terratenientes dan consignas de voto a sus empleados.