Bolivia, que ya anunció que demandará a Chile ante la justicia internacional por una salida al mar, ahora analizará si reclamará igualmente por el uso de aguas del río Lauca y el manantial Silala, que son utilizadas en las ciudades del norte de Chile.
“Veremos la posibilidad también de presentar demandas internacionales por el tema de las aguas del Silala y el río Lauca”, afirmó el director de la Oficina de Reivindicación Marítima y ex ministro de Defensa, Rubén Saavedra, principal responsable en diseñar la estrategia jurídica e histórica marítima.
Los dos reclamos se sumarían a la decisión anunciada en marzo del presidente Evo Morales de llevar a Chile ante un tribunal internacional, probablemente al de La Haya, para que le de a Bolivia una salida soberana al océano Pacífico.
Saavedra dijo que el deseo boliviano es que Chile atienda los temas de Silala y Lauca en el marco del diálogo bilateral, aunque las conversaciones quedaron por ahora en la congeladora, tras el anuncio de Morales.
Bolivia reclama la propiedad del manantial Silala, un acuífero que nace en el departamento andino de Potosí (suroeste) y que surte con unos 300 litros por segundo la región de Atacama, donde se halla Chuquicamata, la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo.
El manantial inicialmente fue entregado en concesión, a principios del siglo XX, para alimentar las locomotoras de la extinta Bolivian Railway, y luego -según La Paz- canalizado artificialmente, mientras Chile insiste en que el Silala es un río de cauce sucesivo y natural sobre el que tiene derechos.
Sobre el Lauca, que nace en Chile y termina en Bolivia, La Paz denunció en 1962 que Chile lo desvió, con lo cual el cauce que entra en territorio boliviano es muy mermado.
“Bolivia tiene todos los derechos sobre el río Lauca y el acuífero Silala”, afirmó a la AFP el ex canciller boliviano, Javier Murillo, aunque dijo que antes de cualquier demanda internacional, La Paz debe “agotar el escenario del diálogo”.
Sobre el Lauca, que nace en el altiplano andino chileno (región de Arica y Parinacota y desemboca en el boliviano lago Coipasa), el ex diplomático recordó que, cuando fue presuntamente desviado, Bolivia rompió relaciones con Chile y que el asunto fue un reclamo permanente.
Bolivia restableció temporalmente en 1974 relaciones con Chile, cuando ambos países estaban gobernados por los dictadores Hugo Banzer y Augusto Pinochet, quienes negociaron un canje territorial para una salida soberana al Pacífico, pero tras la falta de acuerdo la ruptura diplomática llegó cuatro años después.
Murillo recordó que en ese diálogo de la década del 70 Chile pidió, como un elemento de la negociación del canje, que Bolivia le permita utilizar el 100% de las aguas del Lauca.
Sobre el Silala, el ex ministro dijo que “es un acuífero que nace en Bolivia y que hay un aprovechamiento unilateral y arbitrario (por parte de Chile) que ya se prolonga por más de un siglo, sin compensación alguna para Bolivia”.
La Paz considera que Chile debería pagar unos 15.000 dólares diarios por las aguas dulces del Silala, según un documento de la cancillería presentado a su contraparte chilena de comienzo del año pasado durante negociaciones bilaterales.
Chile y Bolivia llegaron a un preacuerdo por el que Santiago se compromete a ese pago, pero no llegó a concretarse, pues Bolivia exigía que Chile reconozca una centenaria deuda “histórica”, una exigencia inaceptable para los chilenos.