Dos misteriosas burbujas gigantes, que están unidas una a la otra y emiten rayos gamma, fueron descubiertas en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, anunciaron astrónomos estadounidenses este martes.
Las burbujas, que se extienden sobre una distancia de 50.000 años luz (un año luz equivale a 9,4 billones de km), podrían ser el residuo de la erupción de un agüjero negro gigante en el corazón de la galaxia.
“Lo que nosotros vemos son dos burbujas que emiten rayos gamma y que se extienden por 25.000 años luz, respectivamente, al sur y al norte del centro de la Vía Láctea, y no comprendemos totalmente su naturaleza u origen”, dijo Doug Finkbeiner, un astrónomo del centro de astrofísica de la Universidad de Harvard, el primero en haberlas detectado.
Las burbujas datarían de varios millones de años, y se extienden sobre más de la mitad del cielo visible, de la constelación de la Vírgen a la constelación de la Grúa.
Además de Finkbeiner, también contribuyeron Meng Su y Tracy Slatyer -de la Universidad de Harvard- al descubrimiento, realizado al analizar los datos accesibles al público provenientes del telescopio Fermi de campo ancho (LAT), lanzado en 2008 por la agencia espacial estadounidense Nasa.
Este telescopio espacial, construido con colaboración internacional, es el más sensible a las emisiones de rayos gamma gracias a un detector de muy alta definición, y barre todo el cielo cada tres horas.
Los rayos gamma emiten radiaciones luminosas o electromagnéticas, dotadas de la más grande energía.
Los astrofísicos continúan analizando el fenómeno para intentar comprender mejor cómo se formó.
Las burbujas emiten las radiaciones gamma más poderosas que se hayan detectado anteriormente en la Vía Láctea, precisaron los investigadores.
Esta información ha sido aceptada para ser publicada en el Astrophysical Journal.