Como ocurre cada año, los balleneros japoneses zarparon este jueves para la caza de cetáceos en la Antártida, según anunciaron ecologistas que expresaron su esperanza de que sea la última campaña de este tipo.
3 Navíos zarparon del puerto de Innoshima (oeste) en la mañana, según la organización Greepeace.
Los balleneros navegarán durante el invierno (boreal) en el Océano Antártico para cazar las ballenas, sobre todo los pequeños rorcuales que Tokio puede pescar por autorización de la Comisión Ballenera Internacional en nombre de la “investigación científica”.
Sin embargo estas ballenas terminan regularmente en los restaurantes después de haber sido “estudiadas” bajo el control de la Agencia de pesa japonesa, la institución pública que supervisa la caza del cetáceo.
Greepeace manifestó su esperanza en que “la salida de hoy sea la última”, recordando que el nuevo primer ministro de centro-izquierda japonés, Yukio Hatoyama, fijó el ahorro presupuestario como una de sus prioridades.
La caza de la ballena es en parte financiada con el aporte público japonés.
La campaña japonesa en el Antártico provoca fuertes críticas internacionales, en particular de Australia.
En los últimos años, la asociación de defensa del medio ambiente Sea Shepherd envió un navío a la zona y los tripulantes de ambas partes se enfrentaron a veces en alta mar, dejando algunos heridos leves.
Debido a esta campaña ecologista, la flota japonesa volvió el año pasado con sólo 680 ballenas, en lugar de las 800 ó 900 que esperaba.