Ricardo Lagos, masonería y biblia en mapudungún: la lista de libros donados a los constituyentes
Al estar afectos a ley de Lobby, los convencionales deben declarar los donativos que reciben en la plataforma propia de la Convención Constitucional. En una revisión al sitio se pueden encontrar varios títulos llamativos que contrastan con los típicos textos jurídicos, como libros de masonería femenina, biblias cedidas por grupos evangélicos, y hasta un libro de arte. Un constituyente de derecha comentó: “Los centros de estudio de mi sector están al debe, porque por lo general los libros que llegan para todos no siempre son muy cercanos a nosotros y uno igual los lee”.
No es raro que en el exCongreso Nacional se vea salir, de tanto en tanto, a un constituyente con un alto número de libros en sus manos. Una mañana de octubre fue el turno de Martín Arrau de complicarse con el manejo del gran número de páginas y textos que le llegan como donativos. “Nos llegó una ruma con libros”, dice, mientras los acomoda tratando de encajarlos. “Igual los leo, pero tengo pendiente otro alto de antes. Los reviso, pero hay unos muy de propaganda. Otros son más de contenido, entonces uno va seleccionando, un poco”.
Por estar afectos a la ley del Lobby, los convencionales constituyentes deben declarar los donativos “oficiales y protocolares”, que reciben “por el ejercicio de sus funciones”, como “manifestaciones de cortesía y buena educación”. Y el ítem que más abunda en los donativos que declararon de la plataforma son libros.
Por ejemplo, a la presidenta Elisa Loncón le han obsequiado más de una treintena de libros. Entre ellos resalta una biblia donada por el pastor evangélico Emiliano Soto; la segunda parte de las memorias de Ricardo Lagos; y el nuevo testamento en mapudungún y “Herejía en Chile: evangélicos y protestantes desde la colonia hasta 1925”, estos dos últimos donados por el Colectivo Laico Evangélico Protestante de Chile.
Por su parte, buena parte de los títulos que ha recibido el vicepresidente Bassa son jurídicos. Otros, en tanto, son de historia. Resaltan los donados por la Gran Logia Femenina de Chile: “Mujeres con Mandil. Una historia femenina de la masonería en Chile. 1959-2003” y “Masonería Femenina en Chile. 2004-2018”.
La machi Francisca Linconao registró seis libros en su plataforma. Entre ellos, otro de Lagos: “Conversaciones para la nueva Constitución”, escrito en conjunto con el sociólogo Javier Martínez. Fue cedido por la Fundación Democracia y Desarrollo.
El mismo Arrau solo ha declarado uno: la revista “Actualidad Jurídica”, de la Universidad del Desarrollo.
Constanza San Juan declaró recibir “Basta de genocidios trans”, de parte de la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans.
A Fuad Chahín le obsequiaron desde la fundación Voces Católicas el libro “Diálogos por Chile: 60 desafíos para una renovada convivencia nacional”. También lo recibió Malucha Pinto y Namor, entre otros.
Gran parte de los convencionales declaró recibir un libro de arte de parte de Sammy Liberman Zelonka.
Chahín, Monckeberg, San Juan y Loncón publicaron en el sitio que les llegó un ejemplar de “Reflexión, debate y acuerdos del Grupo de Estudios Constitucionales para una nueva Constitución”, de la Fundación Patricio Aylwin.
René Cortázar, excandidato a constituyente, también donó su libro “El gran desafío: la nueva constitución”. Les llegó a varios, como a Monckeberg y Namor.
Gran parte de los convencionales declaró haber recibido “Discursos Iniciáticos. Cátedras magistrales de David Stitchkin”, ex rector de la Universidad de Concepción. Los ofrendó Isaac Frenkel, abogado condecorado el año 2009 con la Orden al Mérito Artístico Pablo Neruda.
Un título inédito recibió Cristina Dorador: “Trust: Twenty Ways to Build a Better Country” (Veinte maneras de construir un país mejor), de David Johnston, otrora gobernador general de Canadá. Fue obsequiado por la Cámara Chileno Canadiense de Comercio.
El constituyente Eduardo Cretton (D23-UDI) comentó que han llegado muchos libros ligados a la izquierda, y que su sector político debería tratar de influir más entregando libros de su ala política: “De lo tradicional, tenemos poco. Yo creo que ahí los centros de estudio de mi sector están al debe, porque por lo general los libros que llegan para todos no siempre son muy cercanos a nosotros, a la derecha, y uno igual los lee. De repente uno podría tratar de influir haciendo llegar un par de libros al resto de los convencionales. Por ejemplo, hay varios libros que hablan de subsidiariedad, un tema que tiene muchos prejuicios, pero que es muy razonable, y no ha llegado nada de eso. Sería bueno que nuestro sector se pusiera las pilas ahí”.
En tanto, Agustín Squella (D7-PL ind.) constató que los libros “son tantos que uno ya pierde la cuenta. No recuerdo los suficientes como para dar una opinión”. Sin embargo, rescató que les lleguen, ya que para él, “los libros son uno de los mejores presentes que podemos recibir como constituyentes, que presenten y den desarrollo a uno o más temas de los que deberemos considerar en la nueva Constitución”.