Esta semana el rapero Daniel Hernández, conocido mundialmente como Tekashi 6ix9ine, logró un acuerdo con la justicia norteamericana, siendo condenado a dos años de cárcel por varios delitos federales.
De esta manera, el artista de 23 años, quien arriesgaba cadena perpetua, quedará en libertad a fines de 2020 ya que se le descontarán los 13 meses que lleva en prisión preventiva.
Tal como recoge TMZ, una vez que salga, estará en libertad vigilada durante 5 años, y tendrá que completar un servicio comunitario de 300 horas, junto con pagar una multa de 35 mil dólares, equivalente a unos 26 millones de pesos.
Cabe señalar que Tekashi permanece bajo custodia federal por cargos de porte ilegal de armas, participación en el crimen organizado y venta de narcóticos.
Tras quedar detenido en noviembre de 2018, quedó a la espera de una nueva sentencia que podía alcanzar los 47 años en prisión, a menos que declarara contra los miembros de una peligrosa pandilla a la que pertenecía. Al acceder a este acuerdo, logró esta notable reducción de condena.
La agrupación delictiva a la que Tekashi fue vinculado se llama Nine Trey Gangsta Bloods, la cual opera entre Manhattan y Brooklyn. Según medios estadounidenses como New York Times, se trata de una agrupación acusada de cometer diversos tiroteos, robos y asaltos en el Estado de Nueva York. Junto con esto, también se dedican a la venta de drogas.
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Fue formada en 1993 por internos de la cárcel de Isla Rikers, en Nueva York, recinto que en 2013 fue elegido por la revista Mother Jones como la peor cárcel de los Estados Unidos. Inicialmente comenzaron operando a través de la venta de drogas como heroína, cocaína y crack en el barrio de Harlem, al norte de Manhattan.
En su testimonio, Tekashi 6ix9ine señaló que su rol en Nine Trey era “seguir haciendo éxitos y ser el apoyo financiero para la banda… para que pudieran comprar armas y cosas así”. A cambio de esto, la banda impulsó su carrera. “Tengo la credibilidad de la calle. Los videos, la música, la protección, todo lo anterior”, indicó.
No obstante, Hernández admitió además haber ayudado a los miembros de la pandilla en numerosos delitos, reconociendo incluso haber pagado a un sicario para que asesinara a un miembro de una banda rival.
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De acuerdo al New York Times, los miembros de Nine Trey Gangsta Bloods, agrupación que a su vez forma parte de la temida pandilla East Coast Bloods, también son conocidos no sólo por los hechos de violencia contra otras bandas rivales, sino que incluso por las peleas entre ellos, en medio de una lucha incesante por el poder.
“No es suficiente con estar en la pandilla; tienes que ser el más duro”, señaló en septiembre pasado el fiscal Jacob Edwin Warren al jurado durante su argumento de cierre, agregando que algunos integrantes mejoraron su estatus “al cometer actos de violencia contra otros miembros de Nine Trey”.
La evidencia presentada durante el juicio demostró cómo Hernández se vio involucrado rápidamente en peleas internas, amenazas y ataques, evidenciando además cómo estas rencillas dentro de Nine Trey fueron creciendo, en parte, por los recursos que Tekashi inyectaba a la banda.
Quizás como una forma de escapar a la escalada de eventos violentos alrededor suyo, Hernández decidió renunciar a la pandilla en 2018, menos de un año después de haberse integrado. Cuando posteriormente fue arrestado, junto con otros miembros, rápidamente decidió declararse culpable de los cargos y cooperar con los fiscales federales.
En Tekashi, los miembros más antiguos de Nine Trey vieron algo sumamente valioso: una fuente constante de ingresos. El rapero declaró que donó varios miles de dólares a los pandilleros. En algunas ocasiones llegó a regalar entre 25 mil (19 millones de pesos chilenos) y 30 mil dólares (23 millones) a una sola persona.
Luego del estreno del videoclip de su canción Kooda, el artista fue oficialmente aceptado en la banda criminal, evitando el proceso de iniciación, en el cual se obligaba a los reclutas a pelear con un amigo por 31 segundos, o cometer un crimen. Aprendió a hacer el saludo del grupo y conoció cómo se organizaban.
Cabe destacar que antes de conocer su sentencia, el rapero dijo estar arrepentido de haberse unido a esa pandilla y pidió perdón a su familia, sus seguidores y quienes fueron afectados por sus acciones.
“No soy una víctima. Me puse en esta posición desde el primer día”, señaló Tekashi 6ix9ine, añadiendo que “hice muchas malas elecciones en la vida, pero eso no me convierte en una mala persona”.
“Estoy contento de que el público haya podido verme lidiar con las consecuencias de mis acciones porque siento que esto arroja una luz sobre lo que puede venir de la afiliación a una pandilla”, expresó.
El hecho de haber colaborado con la investigación, testificando en contra de su ex pandilla, ha hecho que Tekashi sienta temor por su seguridad y la de sus más cercanos.
De hecho, antes de que saliera a la luz pública su colaboración con la justicia, hizo que su familia se trasladara a otro domicilio para mayor seguridad.
“No hay duda de que la vida del acusado nunca será la misma debido a su cooperación en este caso. Él y su familia tendrán que tomar precauciones adicionales de seguridad cuando estén en público para evitar posibles represalias de otros”, señalaron los fiscales.