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La colisión entre Sergio \'Checo\' Pérez y Kevin Magnussen en el GP de Mónaco de la Fórmula 1 dejó daños en pista y fuera de ella, con el monoplaza de Red Bull chocando contra una barrera de contención donde estaban fotógrafos, incluido José María Rubio de Diario MARCA. Tras el accidente, los restos de fibra de carbono y espuma de nido de abeja dejaron a los presentes con "pequeñas heridas y la sensación de que, de haber ocurrido en otro lugar, las consecuencias habrían sido peores".
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La colisión entre Sergio ‘Checo’ Pérez y Kevin Magnussen marcó el GP de Mónaco del pasado domingo en la Fórmula 1, con un fuerte impacto que indudablemente, dejó daños en pista y también, fuera de ella.
Y es que al momento del accidente, el monoplaza de Red Bull chocó contra una barrera de contención, que atrás tenía a fotógrafos, entre ellos, José María Rubio de Diario MARCA. En el mismo medio, el reportero relató lo que sufrió tras los efectos del episodio.
“Cuando me duché por la noche seguían cayendo del pelo trozos de fibra de carbono. Tenía hasta en los calcetines, por eso me dolía al andar“, dijo.
A su vez, Rubio contó que otro colega italiano, Andrea, sufrió aún más con los restos del vehículo de Pérez.
“Estaba todo lleno de fibra de carbono y de espuma de nido de abeja y quedamos todos llenos de trocitos con pequeñas heridas, y la sensación de que menos mal que ha sido en Mónaco, si es en otro lado, se nos lleva a todos porque el alerón entró como una cuchilla”, sentenció.