En la Antártica occidental, hay una inmensa placa de hielo que abarca unos 120 kilómetros de ancho y 600 de largo. Esta estructura se apoda el “glaciar del juicio final”, puesto que su derretimiento traería consecuencias irreversibles para los océanos.
Se trata del glaciar Thwaites, que lleva décadas derritiéndose y es crucial para la estabilidad de la Antártica y también para regular el aumento del nivel del mar.
De acuerdo con el medio Climática, también recibe este apodo por su latitud, ya que se encuentra a 2.800 kilómetros al suroeste del Cabo de Hornos, más abajo de Chile en el mapa. Pero lo que preocupa a los científicos no es su posición, sino su eventual desaparición.
El glaciar pierde unas 50 mil millones de toneladas de hielo, cifra superior a lo que recibe en épocas de nevadas, recoge National Geographic.
Estudios de los últimos 10 años han pronosticado que podría tardar entre 200 y 1.000 años en derretirse completamente, pero ahora esta ventana de tiempo estaría en juego, ya que recientemente descubrieron que se está infiltrando agua salada que estaría acelerando el deshielo.
El “glaciar del juicio final” se derrite más rápido
Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) en mayo, dirigido por Eric Rignot, glaciólogo de la Universidad de California, mostró que con cada subida de marea entra una capa de agua salada al glaciar.
Esta capa de agua contempla entre 5 y 10 centímetros de espesor, que no es mucho en términos del tamaño del glaciar, pero penetra entre 6 a 12 kilómetros dentro del hielo.
“El avance del agua de mar debajo del hielo encallado a lo largo de distancias considerables hace que el glaciar sea más vulnerable al derretimiento debido a un océano más cálido de lo previsto, lo que a su vez aumentará las proyecciones de pérdida de masa de hielo”, advierte el paper.
El glaciólogo calculó que el tamaño de la capa de agua y las distancias que barca implican que unos 200 millones de metros cúbicos de agua de mar entran y salen del glaciar a diario.
“Las intrusiones de agua de mar presurizada inducirán un derretimiento vigoroso del hielo anclado a lo largo de kilómetros, haciendo que el glaciar sea más vulnerable al calentamiento oceánico y aumentando las proyecciones de pérdida de masa de hielo», afirman los científicos en su análisis”, señalan Rignot y su equipo.
“Vemos una dinámica que nunca antes habíamos visto”, añaden. Ahora, estos datos deberán incluirse en las simulaciones que hacen los científicos para predecir la futura perdida de hielo y el aumento del nivel del mar, lo que cambiará las proyecciones.
¿Cuánto tiempo lleva derritiéndose?
En febrero de este año, otro estudio publicado en PNAS también había despertado alertas, los expertos lograron aproximar desde cuándo está derritiéndose el glaciar Thwaites. El proceso inició en la década de 1940, concluyeron investigadores del proyecto Thwaites Offshore Research.
Además, encontraron que el adelgazamiento del hielo tuvo que ver con un patrón climático extremo que desencadenó el fenómeno El Niño, calentando la Antártica occidental.
El estudio apunta a que, desde entonces, el hielo perdido no ha podido recuperarse y actualmente ha contribuido al 4% del aumento del nivel del mar.
“El Niño sólo duró un par de años, pero los dos glaciares, Thwaites y Pine Island, siguen en retroceso significativo. Una vez que el sistema se desequilibra, la retirada continúa“, explicó a NatGeo Julia Wellner, autora del estudio.
“El glaciar es importante no sólo por su contribución al aumento del nivel del mar, sino porque actúa como un corcho en la botella que retiene un área más amplia de hielo detrás de él“, añadió la experta.
“Si Thwaites se desestabiliza, entonces existe la posibilidad de que todo el hielo de la Antártida occidental se desestabilice”, advirtió.
Los investigadores señalaron que comprender lo que desencadenó el derretimiento del “glaciar del juicio final” hace 80 años, también ayudará a generar modelos de predicción para tener una idea de lo que depara el futuro.