Tras más de diez años de negociaciones a nivel ONU, el sábado el mundo logró algo histórico: se puso de acuerdo y acordó el Tratado sobre la Conservación de la Biodiversidad más allá de las áreas de Jurisdicción Nacional (BBNJ por su sigla en inglés).
Chile fue por años uno de los impulsores de la medida, que entra en vigencia en momentos en que el cambio climático avanza sin parar y la depredación de los recursos en alta mar hace noticia de forma más seguida.
Y la participación nacional propendió a la promoción de una visión de conservación de la biodiversidad y el fortalecimiento de las estructuras multilaterales vía cooperación y coordinación de este futuro instrumento con órganos regionales y sectoriales ya existentes, que el acuerdo reconoce como prerrequisito de sus futuras decisiones.
Esta semana el Gobierno reaccionó de manera oficial a la noticia.
“BBNJ es un importante logro para fortalecer la gobernanza sostenible del océano”, dijeron desde el Ministerio de Medio Ambiente.
“En su parte medular el acuerdo introduce la regulación de los recursos genéticos marinos, la distribución equitativa de sus beneficios, mecanismos para la creación de áreas marinas protegidas, la implementación de evaluaciones de impacto ambiental, la creación de capacidades y la transferencia de tecnología hacia países en desarrollo”, detallaron.
Ahora BBNJ debe implementarse, lo que requiere la firma de los países y su ratificación.
De todos modos, el Gobierno se comprometió a seguir trabajando para construir una gobernanza multilateral “inclusiva y robusta sobre el uso sostenible de los recursos que vienen de la biodiversidad”.
“En este sentido Chile da la bienvenida al acuerdo BBNJ como una plataforma de diálogo para una gestión de la alta mar, que sea justa y respetuosa de los marcos existentes”, zanjaron.
