El Parlamento Europeo aprobó este martes el proyecto de reglamentación que pone fin a la venta de vehículos nuevos con motor a gasolina y diésel en 2035.
El emblemático texto para los objetivos climáticos europeos, al que se opuso el PPE (conservador, principal partido de la Eurocámara), fue aprobado por 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones.
“Llegamos a un acuerdo histórico, que concilia el automóvil y el clima”, dijo la eurodiputada ecologista Karima Delli, presidente de la comisión de transporte.
El texto prevé reducir a cero las emisiones de CO2 de los vehículos y las camionetas nuevos en Europa a partir de 2035.
Esto significa de hecho el cese de las ventas de vehículos y utilitarios livianos nuevos de gasolina y diésel en la Unión Europea para esa fecha.
Esto, al igual que híbridos (combustible-eléctrico), en favor de vehículos 100% eléctricos.
La Comisión Europea había presentado la propuesta de esta normativa en julio de 2021.
Se trató de un proyecto que motivó intensas negociaciones entre el Parlamento y el Consejo Europeo, que representa a los países del bloque.
Ahora, el Consejo tendrá que aprobar formalmente el texto para que entre en vigor.
No más vehículos a gasolina y diésel
Se trata del primer acuerdo concreto relacionado al llamado “paquete climático” europeo, que se propone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en al menos un 55% para 2030 en comparación con 1990.
En una nota, Sigrid de Vries, directora ejecutiva de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), aseguró que el sector “está lista para asumir el desafío de entregar vehículos con emisión cero”.
“Todos los esfuerzos e inversiones de la industria automotriz están dirigidos hacia una con cero emisiones. Es esencial que todas las políticas y reglamentos de la UE se alineen con este objetivo y lo apoyen”, añadió.
En tanto, la eurodiputada conservadora francesa Nathalie Colin-Oesterlé, opositora de la iniciativa e integrante del grupo del PPE, recordó que el segmento automotor genera 12,5 millones de puestos de trabajo en los países europeos.
En su visión, la transición hacia una movilidad verde “con y no en contra de este sector, para no generar dramas humanos y sociales”