La mañana de este miércoles, el Comité de Ministros del presidente Gabriel Boric rechazó de manera unánime el megaproyecto minero portuario Dominga, la iniciativa de US$2.500 millones que Andes Iron, compañía ligada al empresario Carlos “Choclo” Délano y con anterioridad al expresidente Sebastián Piñera, quería instalar en La Higuera, región de Coquimbo.
En sus años de diputado el Mandatario fue un abierto detractor de la faena, que en 2017 ya había recibido el pulgar hacia abajo del Gobierno de aquel entonces, de la expresidenta Michelle Bachelet, pero que por un recurso ante el Primer Tribunal Ambiental, luego de la Corte Suprema y la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo volvió a reflotar, por lo que regresó al escritorio ministerial.
La decisión fue adoptada por los ministros de Medio Ambiente, Agricultura, Salud, Economía, Energía y Minería en el primer comité de 2023 citado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Finalmente, de 26, se acogieron 12 recursos de reclamación, los que jugaron en contra de la inversión y terminaron dándole una calificación desfavorable.
Estas tenían que ver con aspectos como vida marina, áreas de influencia, evaluación por especie e impactos de la planta desaladora que incluía Dominga.
Las conclusiones para decirle “no” a Dominga
Las reclamaciones también tenían que ver con la mina misma que se proponía explotar, debido a riesgos en materia de calidad de aire, material sedimentario y la potencial contaminación de dos acuíferos.
En la zona, considerada por la comunidad ambientalista y el mundo científico como un paraíso de la biodiversidad, Andes Iron quería extraer cobre y hierro, pero para exportarlo también buscaba construir un puerto.
“El puerto del cual estamos hablando se emplaza en un lugar que tiene un valor ecológico que es absolutamente único, es parte de la Corriente de Humboldt, por su geografía hay un par de lugares en la costa de Chile y Perú donde tenemos afloramiento de aguas profundas con nutrientes que son la base para una cadena de vida que existe en el lugar”, explicó la titular de Medio Ambiente, Maisa Rojas.
En el tema marino, las conclusiones del grupo fueron que no se entregó de forma determinada un área de influencia por afectación al Pingüino de Humboldt, del cual el 80% de la población anida, crece y vive en la zona, donde también se pueden encontrar cetáceos en peligro de extinción, patos y varias más especies.
“Al no haber hecho esa evaluación especie por especie no se pudo evaluar el impacto sobre ello. Es primera vez que se realiza esta evaluación” por este proyecto, comentó Rojas.
“Recordemos que esta es una mina de hierro, que tiene también un efecto tóxico sobre plantas, agricultura que hay en la región, en particular olivos”, detalló.
Apoyo económico
El alcalde de La Higuera, Felipe Galleguillos (UDI), ya daba por rechazado el proyecto. Él apoyaba la inversión que contemplaba la generación de al menos 11 mil empleos.
Ante el rechazo definitivo del proyecto, como se ingresó al SEA, el ministro de Economía, Nicolás Grau, puso el foco en el Plan de Zona de Rezago para Quilimarí.
De acuerdo al ministro, esta medida se viene trabajando desde 2022 entre el Gobierno central con el regional y su aprobación sería “pronta”, la que tiene que pasar por la Dirección de Presupuestos (Dipres) del Ministerio de Hacienda.
Con todo, el paquete debería contar con recursos de hasta $580 mil millones para apoyar – por ocho años – cerca de 260 actividades como, por ejemplo, conectividad más la cobertura de servicios básicos, agua potable rural y caletas.
“Queremos decirle que no están solos, que como Gobierno los vamos a apoyar”, afirmó Grau.
Organizaciones ambientales siguen alerta
Aunque hoy respiran aliviadas, las comunidades y las organizaciones siguen en alerta, en busca de protecciones más concretas y profundas de la zona.
A solo minutos de conocerse la determinación desde Oceana, por ejemplo, ya le pidieron al Gobierno la “pronta aprobación del área marina protegida para el Archipiélago Humboldt”.
“Los argumentos técnicos están no solo para rechazar Dominga, sino también para finalmente crear un área protegida para la pesca artesanal y el turismo”, zanjó Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de Oceana.
“Hay que tener presente que el proyecto pretendía emplazarse justo frente a la zona de alimentación más importante de las especies que habitan o transitan en las islas como son las ballenas fin, azul, lobos marinos, delfines nariz de botella, chungungos, aves marinas y en donde se concentra la nidificación más importante de pingüino de Humboldt y de yuncos. Muchas de estas especies están en las categorías de peligro o vulnerable de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)”, añadió.
“Han sido más de 15 años de vivir bajo amenazas, primero con la casi instalación de tres termoeléctricas a carbón, luego el puerto Cruz Grande y ahora Dominga. Ya estamos cansados y necesitamos vivir tranquilos sabiendo que estamos protegidos de industrias de alto impacto que han querido funcionar en nuestro territorio”, comentó por su parte Lucía Ossandón Vergara, presidenta de la Comunidad Indígena Changa Juana Vergara y Familia.
“Queremos que de una vez por todas esta empresa se vaya de nuestro territorio, ya ha causado demasiado daño. Queremos continuar con nuestro trabajo sustentable y seguir siendo los líderes en producción pesquera artesanal del centro norte de Chile”, dijo por otro lado Gabriel Molina, representante de la Asociación de Pescadores y Mariscadores de Los Choros.
“Dominga ha sido un proyecto nefasto en todo sentido”, declaró en tanto Matías Asun, líder de Greepeace.
“Se trata de una amenaza directa a unas de las zonas más relevantes de costa y fondo marino de nuestro continente, hogar de los pingüinos de Humboldt, de ballenas, delfines, y de flora y fauna terrestre única. Lo que corresponde ahora, rechazado este proyecto, es proteger de forma definitiva toda la zona que rodea el Archipiélago de Humboldt y seguiremos trabajando para ello”, cerró.