A partir de este domingo 29 de agosto, más de 5 millones 300 mil personas, un 30% de la población del país, se encontrarán bajo decreto de escasez hídrica, según datos de la Dirección General de Aguas (DGA).
Lo anterior, luego que este viernes el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, firmara una nueva resolución para la región del Maule, zona que cumplió con los criterios técnicos que define la DGA para dictar el acto administrativo.
Bajo este contexto, serán 135 comunas -casi el 40% de las 346 totales- de las regiones de Los Lagos, Maule, Metropolitana, Valparaíso, Coquimbo y Atacama, las que se encontrarán bajo esta medida, la cual tiene una duración de seis meses.
Los decretos de escasez hídrica del Ministerio de Obras Públicas (MOP) tienen como fin mitigar los efectos de la sequía en los territorios donde se establecen. Para ello, entrega una serie de instrumentos a la autoridad para focalizar los esfuerzos en pro de garantizar el consumo humano.
Uno de estos insumos, por ejemplo, es que distintos tipos de usuarios pueden solicitar a la DGA la autorización para la extracción de aguas sin que tengan derechos de aprovechamiento previamente.
Otra herramienta es otorgarle a la DGA la facultad de intervenir en la distribución de las aguas, suspendiendo atribuciones de las Juntas de Vigilancia, asimismo con las corrientes naturales comprendidas dentro de la zona de escasez.
En cifras, el número de decretos ha ido aumentando con los años. Si en 2008, desde que se comenzó a implementar esta medida, se dictaron 6 resoluciones, en 2018 se firmaron 12. El doble. En 2020, fueron 33 -la cifra más alta-, y en lo que va de 2021 se han dictado 26. En total, van 179.
El pasado 15 de agosto, en entrevista con la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío, el director de la DGA-MOP, Oscar Cristi Marfil, explicó que los decretos de escasez van en pro de la distribución.
Ante la carencia de agua, “cómo distribuyo de modo equitativo, racional, eficiente, cómo evitamos que alguien se quede con toda el agua y el resto no reciba nada (…) Por tanto, es una herramienta para poder coordinarse con los afectados y ver cómo ayudarles a reducir los impactos”, sostuvo en la oportunidad.
Las lluvias que dejó el último sistema frontal que se registró en la zona centro-sur del país permitió reducir el déficit histórico de precipitación, pasando del -41 al -32,5%. Sin embargo, aún no es suficiente para revertir la tendencia.