Lucas Cantarellas (24) es Ingeniero Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez, y trabaja en una empresa del rubro cervecero. Sin embargo, su pasión es el medio ambiente: se integró en 2017 a la Fundación Basura como practicante en el área de finanzas, y hoy es socio y representante de esta organización que postula que “la basura no existe”. Es vegano, activista medioambiental y también forma parte de la campaña Reacciona por el Clima.
Su inquietud por el cuidado del planeta, cuenta, surgió tras un viaje de intercambio que hizo hace 7 años a Alemania: allá vio cómo había una mayor conciencia medioambiental, mayor desarrollo de las energías renovables, y una mucho mejor gestión de residuos. Volvió a Chile, explica, con los ojos abiertos y ganas de compartir esta información que había reunido. “Me siento con la responsabilidad de entregar y devolver este conocimiento que tengo”, dice.
El ingeniero reconoce que viene de un sector más privilegiado de la población y que gracias a eso ha podido instruirse en materia medioambiental. “La conversación con respecto al cambio y crisis climática, a la sustentabilidad, es cien por ciento científica, pero también muy elitista”, reflexiona.
Sobre cómo ve la lucha contra el cambio climático, cuenta que a veces despierta agobiado y desesperanzado, y otras con la convicción de que aún se puede hacer algo. Para él, los jóvenes tienen mayor conciencia y son la clave: “las nuevas generaciones tenemos mucho por hacer, y no podemos bajar la guardia”, asegura.
“Mi perspectiva es que tenemos un camino muy largo todavía por delante, o sea no estamos ni siquiera en la mitad, pero tengo esperanza de que podamos hacer un cambio y podamos dar vuelta esto”, comenta.
La invitación que hace Lucas a la ciudadanía es “a que nos hagamos cargo, pero siempre partiendo por nuestro metro cuadrado. Porque siempre tratamos de cambiar las cosas de un día para otro, y nos agobia. Pero con calma, poco a poco, se puede dar, y nadie te pide que seas perfecto, ser perfectamente vegano o ser perfectamente basura cero; partir por algo ya es totalmente una semilla que estás plantando en ti”.
“La basura no existe”
La Fundación Basura, a la que Lucas pertenece, nació en 2015, y hoy se dedica principalmente a la educación medioambiental mediante talleres y generación de contenido, asesorías a grandes eventos para reducir la generación de desechos -como la Maratón de Santiago o Lollapalooza-, y coordinando actividades de voluntariado. Esta organización postula que “la basura no existe”.
Lucas lo explica: “nosotros, los seres humanos, somos la única especie en el mundo que generamos algo tal llamado basura, porque todo el resto de las especies generan residuos, no desechos, que sirven como bencina para otro proceso natural”, dice. Agrega que “no nos cuestionamos lo que realmente es la basura porque es algo tan común”.
Explica que hay una diferencia entre “residuos” y “basura”, en que los primeros pueden volver a tener una vida útil -aún si es formando parte de un ciclo de la naturaleza-, mientras que la segunda solo contamina y agrava la crisis en la que nos hemos sumergido a nivel planetario.
“Un residuo es todo aquello que lo puede ocupar la naturaleza para iniciar otro proceso”, dice, y ejemplifica nombrando las cáscaras de frutas y verduras, que son desechos para nosotros, pero que pueden volver a la naturaleza a través de la descomposición, entregando nutrientes a la tierra y reiniciando un ciclo.
Cómo reducir nuestros desechos y gestionarlos para aspirar a la “basura cero”
Lucas hizo una lista de los 5 pasos para convertir nuestros hogares en espacios que no generen ‘basura’.
1. Lo primero, dice, es compostar: “separar residuos orgánicos de los inorgánicos, porque son la mitad de nuestra basura. Compostar te lleva directamente a reducirla a la mitad”.
2. En segundo lugar, rechazar: “todos los plásticos que no hagan sentido, o que tengan una opción reutilizable o compostable”.
3. Tercero, reemplazar productos contaminantes o de un solo uso, por versiones reutilizables o amigables con el planeta, compostables o biodegradables.
4. En cuarto lugar, reutilizar todo lo que se pueda, buscando nuevos usos para las cosas. También lo ejemplifica mencionando la importancia de comprar a granel versus productos previamente envasados, ya que podemos llevar nuestros envases o bolsas y reutilizarlas cada vez que vayamos de compras.
5. En último lugar, Lucas menciona el reciclaje. Y explica por qué: “Mucha gente cree que reciclar nos va a salvar de esta crisis, pero la verdad es que no. Es una gran mentira: hoy en día se recicla en Chile entre el 10 y el 15%. Sigue habiendo mucha basura. Porque el reciclaje es muy tedioso: es muy complejo, muy costoso y hay que ser muy constante”.