El 4 de diciembre del año 2019, Benjamín Carvajal creó una cuenta de Instagram bajo el nombre @Uno.Cinco_ para comenzar a compartir contenidos de educación medioambiental de una forma cercana y sencilla de comprender. Nunca pensó que un par de meses después se habría transformado en una plataforma con alcance latinoamericano y más de 50 colaboradores voluntarios.
El egresado de ingeniería civil mecánica con mención en energía, oriundo de Viña del Mar, cuenta que la idea surgió en conversaciones en fiestas con amigos en que hablaban sobre la crisis climática. Benjamín tenía un natural interés por el tema y a lo largo de los años había aprendido y participado en varias instancias vinculadas al combate del cambio climático, como la Conferencia Global de Jóvenes (COY, por su nombre en inglés), y por eso sus cercanos le hacían preguntas y él intentaba educar y explicar, y valoraban que lo hiciera con palabras sencillas.
“Siempre escuchaba: ‘me gusta reciclar’, y yo pensaba que el cambio climático es mucho más que reciclar”, cuenta. Entonces, y en medio de una COP25 que se estaba desarrollando en España -tras la suspensión de la actividad en Chile por el estallido social-, inició una cuenta en redes sociales con el fin de compartir sus conocimientos más allá de su círculo, y se comenzaron a sumar otras personas al proyecto educativo.
“La educación es la semilla para la acción”
Uno.Cinco creció como la espuma. Benjamín cuenta que “empezó a agarrar vuelo: a la gente le empezó a gustar lo que estábamos difundiendo, les gustaba aprender en palabras sencillas. La gente empezó a querer saber más”. En apenas 11 meses, tienen más de 10 mil seguidores en Instagram y un equipo de colaboradores voluntarios de más de 50 personas que apoyan no solo desde varias regiones de Chile, sino que también en Argentina, Brasil, Perú y Costa Rica, según Benjamín. “Estamos súper felices: el impacto que hemos generado ha sido genial y mucho más de lo que nosotros esperábamos”, dice.
La fórmula del éxito, explicó, ha sido enseñar sobre temática medioambiental de la forma más sencilla y cercana posible. “Nuestra filosofía es: la educación es la semilla para la acción. Necesitamos más acciones para detener el cambio climático, pero ¿cómo partimos? En el colegio no te lo enseñan, en la universidad no es tan importante o no se ve en todas las carreras, y no es algo que se ve en la tele muchas veces”, opina.
Por eso, en marzo de este año dejó de ser simplemente una cuenta de Instagram y decidieron transformar a Uno.Cinco en una verdadera escuela de educación medioambiental, y las restricciones sanitarias y cuarentenas favorecieron el desarrollo de talleres y cursos en línea a través de plataformas de videoconferencia. Además, dado que todos los profesores y colaboradores son voluntarios y estudian o trabajan, la posibilidad de hacerlo en forma remota permitió que participaran desde sus casas y en sus tiempos libres impartiendo los cursos y charlas.
Los voluntarios de Uno.Cinco tienen entre 19 y 40 años, y enseñan desde distintas veredas: ingenieros, médicos, abogados, artistas, y hasta una tatuadora. “Desde el rol que tú tengas, tú puedes hablar o actuar contra el cambio climático”, contó Benjamín.
¿Cómo es posible que un proyecto crezca tan rápido a punta de voluntariado? Explicó que “queremos que sea algo que se pueda compatibilizar con tu día a día, gente que está motivada con hacer algo, con entregar algo, y que quieran dejar una huella e impulsar algo en conjunto: cambiar el mundo. No es tan raro: hay mucha gente que quiere dejar un impacto positivo”. Así, con toda la energía que da el entusiasmo por una causa y aprovechando el alcance de internet y de las plataformas digitales, en apenas un par de meses han impartido más de 35 charlas en colegios y universidades, incluso en Costa Rica y Paraguay.
Benjamín cuenta que además lanzaron dos academias especiales: una enfocada en mujeres jóvenes para educar sobre feminismo y liderazgo y su vinculación con el medio ambiente, y un curso intensivo sobre cambio climático y sus consecuencias concretas en Latinoamérica donde esperan enseñar “de la A a la Z” sobre la materia.
La mayoría de los cursos que han impartido han sido gratuitos, pero ahora están cobrando por algunos talleres y en vías de conseguir financiamiento para constituirse como una empresa, ya que, según explica, eso les permitirá postular a fondos y avanzar con otros proyectos. Uno de ellos es una biblioteca virtual con dibujos coloreables para niños en el que ya están trabajando.
El nombre de Uno.Cinco alude a los 1,5 grados Celsius que los científicos han indicado como meta tope de aumento de temperatura global a la que debemos aspirar, ya que se estima que un alza por sobre esta cifra tendría consecuencias graves e irreversibles sobre el planeta.
Las 3 principales acciones individuales para combatir el cambio climático en casa
Uno.Cinco entrega sus recomendaciones para que nuestras prácticas diarias sean más amigables con el medio ambiente.
1. “Lo primero es ver tu plato. Lo que podemos hacer, de manera más directa, es una alimentación basada en plantas, y preferir productos locales y de la época, y a granel. También bajar el consumo de productos altos en emisiones, como el chocolate o el café”.
2. “Lo segundo es comprar menos cosas: cuestionar si realmente necesitamos algo. Ojalá que sea de buena calidad, para que dure. Si algo se echa a perder, repararlo”.
3. “Lo tercero es disminuir los residuos en casa, a través del reciclaje y el compostaje de los desechos orgánicos”.
Uno.Cinco es uno de los miles de proyectos y personas que suman su granito de arena para combatir el cambio climático, y que forman parte del programa Reacciona Por El Clima. Conoce otras iniciativas como ésta en el sitio web porelclima.cl y suma la tuya: si eres emprendedor, tienes un proyecto científico, eres de una organización comunitaria y tienes alguna iniciativa, inscríbela y podrás participar por un viaje a la COP26 en Glasgow, Escocia.
