Rapa Nui se ubica en medio del océano Pacífico a más de 3.600 kilómetros de las costas de Chile, siendo uno de los lugares más remotos del mundo.
Cada año, antes de la reciente pandemia, era visitada por más de 100 mil personas, sobre todo por sus famosos moáis, las icónicas estatuas de piedra que hoy son el recuerdo de los ancestros de los actuales habitantes.
Pero Rapa Nui no solo recibe turistas: también acuden investigadores dado que los arrecifes alrededor de la isla representan el hogar de una gran cantidad de especies endémicas, es decir que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
Entender el cómo y el cuándo se originaron puede ser clave para comprender el comienzo de las comunidades ecológicas en nuevos territorios y pensar mejor los mecanismos que dan forma a la diversidad de especies que conocemos hoy en día.
Ese fue el objetivo del doctor Erwan Delrieu-Trottin, quien durante tres años hizo investigaciones a través de un postdoc Fondecyt en colaboración con el doctor Pablo Saenz Agudelo, académico del Doctorado en Ciencias Mención Ecología y Evolución de la Universidad de Austral de Chile.
Parte de este trabajo fue recientemente publicado en la revistaMolecular Ecology gracias a la ayuda en terreno de Cristian Rapu Edmunds, fotógrafo, biólogo rapanui y profesional de Mike Rapu Dive Center, co-autor de la publicación; y el apoyo de Ludovic Tuki, miembro del consejo Local del Mar de Rapa Nui.
Saenz catalogó el trabajo como un aporte importante al entendimiento del funcionamiento de estas enigmáticas y remotas comunidades de animales.
“Exploramos por primera vez las huellas que quedaron en el ADN de estos peces de arrecife que hoy en día solo existen en una de las más remotas islas periféricas del Océano Pacífico, huellas que nos sirvieron para reconstruir cuándo se originaron estas especies y cómo han respondido a cambios climáticos en el pasado”, explicó.
¿Qué hicieron?
En concreto, lo que hicieron fue estudiar parte de los genomas de nueve especies endémicas, de las 139 existentes.
A partir de un análisis de estas reconstruyeron su historia demográfica para explorar cómo han respondido a los cambios o variaciones climáticas de los últimos 400 mil años.
“Lo que encontramos fue que la mayoría de estas especies endémicas son muy ‘jóvenes’ en términos evolutivos, tan jóvenes como la isla (menos de 3 millones de años) y han respondido de forma similar a cambios en el clima en el pasado”, aseguró el especialista en genética.
Los peces analizados presentan atributos particulares, como es el caso de Ostorhinchus chalcius, una especie que incuba los huevos en su boca.
“Tal vez lo que más nos llamó la atención de este estudio es que a pesar que estas especies entre sí difieren en muchos aspectos, tales como las estrategias de reproducción, el tipo de huevos que ponen, su dieta y el tipo de hábitat que prefieren, muchas de ellas respondieron de forma similar a eventos climáticos del pasado”, explicó Saenz.
En relación con las particularidades de los peces, Delrieu-Trottin detalló que “al contrario de la mayoría de las especies de peces de arrecifes que se encuentran entre la superficie y 25 metros de profundidad, una especificidad de muchas especies endémicas de Rapa Nui es que se encuentran a lo largo de un muy grande gradiente de profundidad”.
“Los icónicos peces señoritas Chrysiptera rapanui y Chromis randalli fueron recién registrados respectivamente a 75 y 105 metros de profundidad”, dijo.
En este estudio, el Pleistoceno resulta un hito clave, un periodo caracterizado por bajas temperaturas y grandes fluctuaciones en el nivel del mar.
Esta época de la Tierra (2,59 millones de años – 10 mil antes de la era común) parece haber tenido consecuencias importantes en la transformación del hábitat para estas especies.
De hecho, Rapa Nui y la pequeña isla Motu Motiro Hiva (Salas y Gómez) son las dos únicas islas emergidas hoy de una cadena de montes submarinos de más de 2.300 kilómetros de largo que han surgido en diversos grados durante períodos de bajo nivel del mar.
Los resultados de este estudio muestran que esos montes muy probablemente jugaron un papel muy importante en la dinámica de las poblaciones de los peces endémicos de Rapa Nui.