Martes 08 marzo de 2022 | Publicado a las 08:00
· Actualizado a las 11:26
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BioBioChile cuenta la historia de cuatro mujeres que se dedican al rubro del transporte a lo largo de Chile. Dos pilotos, y dos maquinistas de EFE Trenes de Chile y Metro de Santiago explican cómo llegaron a trabajar en lo que más les apasiona.
María Ignacia acaba de cumplir 10 años, y le encanta viajar junto a su mamá y su hermano pequeño. Los tres están a bordo de un avión rumbo a Iquique para ver a su familia. María está emocionada, ya que cuando grande le gustaría ser piloto comercial, pero hasta el momento, no ha conocido a ninguna mujer a cargo de las enormes naves.
“Buenos días, les habla la capitana Noel Martínez, y estamos prontos a despegar”, se escuchó desde la cabina de mando por altoparlante. Ese día, María Ignacia estuvo un paso más cerca de su sueño.
Entre los múltiples rubros que la sociedad chilena y el mundo ha masculinizado de manera errónea, se encuentra un número de mujeres que se ha integrado con éxito a las áreas que soñaban desempeñar desde pequeñas.
Una de esas ocupaciones corresponde al mundo del transporte, donde ellas se mueven por su trabajo ideal y por la igualdad de género a lo largo de Chile y el mundo.
Según el texto “Política de Género en Transporte” del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en el año 2013, el sistema de transporte en promedio contaba con un 0,84% de conductoras, mientras que en 2017, llegó a un 3,3%.
A pesar de que esta cifra sigue siendo baja respecto a los conductores hombres, el Gobierno ha ofrecido cursos gratuitos enfocados a mujeres para que obtengan su licencia profesional, lo que se traduce en un incremento de conductoras sostenido en el tiempo.
En 2015, sólo en la región de Bío Bío más del 80% de los egresados fueron mujeres que buscaban una oportunidad para ingresar en el mercado.
BioBioChile habló con cuatro mujeres que se han dedicado al rubro del transporte, tanto terrestre como aéreo, y dieron a conocer las diferencias que han tenido que sortear para llegar a donde están.
Marta Rubio, maquinista de Metro de Santiago
Son las 07:00 de la mañana, y Marta Rubio se dirige a su lugar de trabajo que la ha albergado durante los últimos 11 años.
Con su llave maestra en mano, Marta llega a Metro de Santiago para iniciar una nueva jornada como maquinista del tren subterráneo capitalino. “Nunca me imaginé conducir un tren, porque en esa época ni siquiera manejaba un auto (…) Hace años decidí postular a un curso interno para ser maquinista y me llamaron el último día”, indicó.
Además, señaló que a pesar de que en un principio eran pocas mujeres en el curso, el ambiente laboral siempre fue bueno y lleno de oportunidades. “Me encanta, tuve buena recepción de mis colegas varones y estoy súper orgullosa de mí misma. Sacando la cara por las mujeres”, afirmó Marta.
Según contó Marta, desde Metro de Santiago la apoyaron en capacitaciones, lo que la llevó a ser Administradora de Terminal, mientras que paralelamente estudia Administración en Recursos Humanos.
Noel Martínez (36) y Catalina Reyes (29), pilotos de avión comercial
Noel Martínez es una mujer piloto e instructora de vuelo. La uruguaya radicada en Chile hace al menos 3 años, proviene de una familia que pilotaba.
“Desde chiquita volaba con mi papá, tenía un avión y siempre estaba con él. A los 18 no muchas mujeres piensan en ser piloto, pero tenía que decidir entre medicina o volar… elegí lo último y no me arrepiento”, expresó.
También, rememoró cuando su abuelo le dijo que “él pagaba mi carrera de medicina, ya que a las mujeres las trataban mal siendo pilotos, pero después de mi primer ‘vuelo de bautizo’, me dijo que ‘todos tenemos la capacidad para ser piloto’, eso me tranquilizó y lo hice”.
Luego de que la capitana estudió y voló por más de 200 horas, se fue a Argentina donde se desempeñó en el área por 10 años. “Después me vine a JetSmart en Chile y llegué a ser la primera mujer instructora. También viví 2 años en Concepción donde inauguré el primer vuelo de la aerolínea en la ciudad”, añadió.
La instructora de vuelo sinceró que “las mujeres quizás nos tenemos que esforzar más para ser una buena piloto. Nunca me he sentido mal, pero quiero que sea algo normal, y que no todos se sorprendan (…) Me decían que estaba loca, pero todos tenemos una pasión”.
Diferente a la historia anterior, la primer oficial chilena Catalina Reyes, no tuvo una familia de pilotos. “Cuando iba a salir del colegio me dediqué a buscar qué me gustaba, y me di cuenta que pilotar era lo que más quería. Todo fue súper novedoso para mí”, recordó.
Por ello, comenzó a estudiar sin parar y se inscribió en un Club de Aviación de la región de O’Higgins donde completó sus horas de vuelo. Tras esto se integró al equipo de JetSmart donde conoció a sus colegas pilotos mujeres.
Asimismo, indicó que: “Mi familia siempre me apoyó y me dio las facilidades. El ambiente laboral es genial, a todos nos gusta lo que hacemos y así se hace más sencillo”.
Paola Salazar, maquinista de EFE Trenes de Chile
Es martes y Paola está feliz porque comienza otro día laboral en la Estación Central. Manifiesta que será un buen día, y hace todos los preparativos para partir en tren al sur. “Siempre me gustó lo que tenía que ver con los trenes. Desde el 1994 trabajé como azafata del tren durante 7 años y me enamoré de los trenes y de lo ferroviario. Mi sueño era ser maquinista, pero los llamados para tracción solo eran para hombres“, relató.
A raíz de su fuerte convicción para manejar trenes, “el 2002 hubo un llamado que no especificaba si necesitaban un hombre o una mujer, así que postulé y quedé. Y este año ya cumpliré 20 años como maquinista”.
Paola precisó: “Yo nunca había estudiado en ese entonces, así que me quemé las pestañas para salir adelante y mi mamá siempre me apoyó. No fui la primera mujer maquinista, pero sí fui la única de mi generación… Durante 14 años estuve sola, era la única mujer en el rubro”
La mujer maquinista explicó que al principio fue difícil ya que “muchos no querían que estudiara, pero al final siempre hay gente que apoya, mis mejores amigos me ayudaron, pero otros no. Nunca dije ‘hasta aquí llego’, siempre seguí, y aquí estoy“.