Orlando Saénz: "Allende era un hombre difícil de juzgar"

visitas

Orlando Sáenz, que fue dirigente estudiantil universitario, se convirtió en una figura clave de la oposición al gobierno de la Unidad Popular. Como presidente de la Sociedad de Fomento Fabril entre los años 1971 y 1974, lideró al empresariado en esos años turbulentos.

Desde su rol dirigencial, articuló redes opositoras al gobierno de Salvador Allende y propició el respaldo al paro de los camioneros de octubre de 1972. Él mismo ha reconocido que, convencido que el gobierno de la UP se deslizaba por una pendiente autoritaria, promovió el golpe de estado, estableciendo vínculos con los militares golpistas.

Comienza relatando los hechos de la época cuando es nombrado presidente de la Sofofa: “Yo era alguien que representaba menos gastos, menos blanco para el régimen, y que barría con todo. Creían que mi mandato iba a ser una transición, un nombre más”. Ya asumido en su cargo, declara sus impresiones respecto al gobierno de Salvador Allende: “Era el mandato del pueblo, íbamos a colaborar, ahora, si comprobamos que el régimen quiere otra cosa, íbamos a pasar a otra etapa”.

De ahí en adelante, comenzó una serie de diferencias y enfrentamientos públicos y privados: “Hay que luchar o morir, una de las dos, había que sacarlo (Allende). Los países sufren enfermedades, si no se curan, se agravan”.

Tiempo después, durante un plenario en Viña del Mar, al que Allende fue invitado pero no asistió en primer lugar, Orlando dirige un discurso contra el gobierno: “Pronuncié un discurso bastante fuerte, que por cierto fue escrito. Al día siguiente Allende pide asistir y llega con una carpeta donde estaba mi discurso, y cuando habla me hace pedazos. Frente a muchos empresarios extranjeros, lo terminaron aplaudiendo, tenía ese don de comunicación con la gente”.

Sin embargo, el ingeniero civil destaca la parte más intima y humana del lider la Unidad Popular: “Allende era un hombre difícil de juzgar. Hay dos hechos que me marcaron mucho, una vez que hubo un aviso de una bomba en el jardín de mi casa, llamé al presidente y comencé a increparlo por lo que pasaba en su régimen, el me pide que le pase a mi mujer el teléfono y le dice ‘señora de Saénz, quedese tranquila, su seguridad es mi responsabilidad’. Lo otro fue lo de Raúl Varela, un opositor a su gobierno que a pesar de eso, le consiguío un marcapasos cuando en esos años era imposible”.

Pero la relación entre ellos se quebró poco antes del Golpe de Estado: “A través de la radio hice otro discurso que lo irritó mucho, me llamó subversivo. De ahí no tuvimos más contacto directo, no quería saber más de mí”. A través del General Carlos Prats, pactaron una última reunión en agosto de 1973: “Me llama Prats y me dice que debemos hacer un esfuerzo para encontrarle una salida, despues de esa reunión, lo siguiente que supe de Allende era que había muerto”.

    visitas

Orlando Sáenz, que fue dirigente estudiantil universitario, se convirtió en una figura clave de la oposición al gobierno de la Unidad Popular. Como presidente de la Sociedad de Fomento Fabril entre los años 1971 y 1974, lideró al empresariado en esos años turbulentos.

Desde su rol dirigencial, articuló redes opositoras al gobierno de Salvador Allende y propició el respaldo al paro de los camioneros de octubre de 1972. Él mismo ha reconocido que, convencido que el gobierno de la UP se deslizaba por una pendiente autoritaria, promovió el golpe de estado, estableciendo vínculos con los militares golpistas.

Comienza relatando los hechos de la época cuando es nombrado presidente de la Sofofa: “Yo era alguien que representaba menos gastos, menos blanco para el régimen, y que barría con todo. Creían que mi mandato iba a ser una transición, un nombre más”. Ya asumido en su cargo, declara sus impresiones respecto al gobierno de Salvador Allende: “Era el mandato del pueblo, íbamos a colaborar, ahora, si comprobamos que el régimen quiere otra cosa, íbamos a pasar a otra etapa”.

De ahí en adelante, comenzó una serie de diferencias y enfrentamientos públicos y privados: “Hay que luchar o morir, una de las dos, había que sacarlo (Allende). Los países sufren enfermedades, si no se curan, se agravan”.

Tiempo después, durante un plenario en Viña del Mar, al que Allende fue invitado pero no asistió en primer lugar, Orlando dirige un discurso contra el gobierno: “Pronuncié un discurso bastante fuerte, que por cierto fue escrito. Al día siguiente Allende pide asistir y llega con una carpeta donde estaba mi discurso, y cuando habla me hace pedazos. Frente a muchos empresarios extranjeros, lo terminaron aplaudiendo, tenía ese don de comunicación con la gente”.

Sin embargo, el ingeniero civil destaca la parte más intima y humana del lider la Unidad Popular: “Allende era un hombre difícil de juzgar. Hay dos hechos que me marcaron mucho, una vez que hubo un aviso de una bomba en el jardín de mi casa, llamé al presidente y comencé a increparlo por lo que pasaba en su régimen, el me pide que le pase a mi mujer el teléfono y le dice ‘señora de Saénz, quedese tranquila, su seguridad es mi responsabilidad’. Lo otro fue lo de Raúl Varela, un opositor a su gobierno que a pesar de eso, le consiguío un marcapasos cuando en esos años era imposible”.

Pero la relación entre ellos se quebró poco antes del Golpe de Estado: “A través de la radio hice otro discurso que lo irritó mucho, me llamó subversivo. De ahí no tuvimos más contacto directo, no quería saber más de mí”. A través del General Carlos Prats, pactaron una última reunión en agosto de 1973: “Me llama Prats y me dice que debemos hacer un esfuerzo para encontrarle una salida, despues de esa reunión, lo siguiente que supe de Allende era que había muerto”.