Durante el año le damos distintos cuidados a nuestro cuerpo, con la finalidad de vernos y sentirnos bien. No obstante, hay un proceso cotidiano que incide sobre lo anterior, y al que muchas veces no le prestamos atención.
Se trata de la higiene y manipulación de los alimentos en la cocina.
Uno de los grandes riesgos es exponernos a la compleja contaminación cruzada, que básicamente es la transferencia de bacterias peligrosas de un alimento a otro, y que a consecuencia de virus, bacterias y parásitos, pueden generar peligrosas enfermedades gastrointestinales tales como salmonella, listeria y hepatitis, entre otras.
A continuación, en BioBioChile, te presentamos 7 aspectos preventivos que no debes descuidar.
1- Nunca guardes las carnes en el compartimiento superior del refrigerador.
Si no quieres sentir que estás en la carnicería cada vez que abres la puerta del refrigerador, no debes guardar la carne en la bandeja superior. Al hacerlo, además, corres el riesgo de que líquidos y sangre se filtren de las envolturas, cayendo sobre los demás alimentos, contaminándolos.
El orden correcto de almacenamiento es: frutas y vegetales arriba, alimentos derivados de la leche al centro, y carnes crudas, en la parte inferior.
Por otra parte, es importante saber cuánto tiempo duran los distintos alimentos en el refrigerador. En especial aquellos donde el vencimiento no es tan visible, como sucede con las carnes. Te recomendamos revisar exhaustivamente las etiquetas y tener un listado en la puerta del refrigerador, con la fecha de entrada de esos alimentos, así cuidarás tu salud, y de paso tu bolsillo.
2- No descongeles carnes directamente en el mesón de tu cocina o en el lavaplatos
Si creías que estabas “haciéndola de oro”, lamentamos informarte que lo estabas mal. Al dejar un alimento congelado al descubierto, especialmente cuando se trata de carnes, las bacterias comienzan a crecer de inmediato en éste, apenas alcanza los 4 grados Celcius.
Las tres maneras más seguras de realizar el proceso de descongelamiento son: descongelar en el microondas a temperatura baja, dejarlo descongelar en el refrigerador, o en agua fría. Siempre dentro de un contenedor, y cubierto.
3- No laves las carnes antes de cocinarlas
¿Lavas el pollo y otras carnes antes de cocinarlas?. El mundialmente conocido chef Gordon Ramsey explica que no hay necesidad de lavar las carnes antes de cocinarlas, por dos razones.
Primero, porque podemos aumentar el contenido de agua en el producto, lo que puede alterar el sabor de éste.
Segundo, debemos evitar este ejercicio, en beneficio de nuestra salud, ya que podemos desencadenar contaminación cruzada, pues al correr el agua ésta salpica -a veces en gotas pequeñas casi invisibles- a todo lo que esté alrededor, contaminándolo.
Cualquier patógeno, se elimina en el propio proceso de cocción, asegura.
4- Limpia el refrigerador con regularidad
La mayoría de la gente no contempla la higiene del refrigerador dentro de sus rituales de limpieza. Sin embargo, es muy importante, y deberíamos limpiarlo al menos una vez a la semana. De esta manera, evitaremos la proliferación de bacterias y la temida contaminación cruzada.
Si no tienes tiempo, hazlo al menos 1 vez al mes. Y cuando veas alguna mancha o suciedad, procura limpiarla de inmediato.
5- Los alimentos crudos no deben tener contacto con los “listos para consumo”.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), ha denominado a los alimentos que no necesitan preparación para alcanzar la seguridad alimentaria como listos para el consumo o RTE (ready to eat).
Para evitar la contaminación cruzada, nunca debemos poner alimentos RTE (frutas, verduras) y alimentos crudos en el mismo lugar o tabla de cortar, consigna Reader´s Digest.
Por ejemplo, nunca cortes la verdura en la tabla donde cortaste la carne.
6- Usar la misma esponja para lavar los platos una y otra vez.
La esponja para lavar la loza es uno de los elementos más peligrosos de los items que guardamos en nuestra cocina. El uso frecuente que le damos, además de los distintos residuos alimentarios con los que está en contacto, hacen de ésta, el lugar ideal para la proliferación bacteriana.
Si no la lavamos y desinfectamos prolijamente tras cada uso, corremos el riesgo de padecer distintas enfermedades gastrointestinales.
La manera correcta de lavarla y que asegura la eliminación del 99,9% de bacterias, es sumergir la esponja por 5 minutos en una solución de 3/4 taza de cloro por galón de agua un poco mas de 3 litros y medio de agua), recomienda el portal de bienestar Good Housekeeping, tras la realización de un estudio.
7- Lávate las manos más de una vez
Sabemos la importancia de lavarnos las manos antes de manipular alimentos y de consumirlos. No obstante, esta práctica se queda corta cuando cocinamos.
Así lo explica Deidre Schlunegger, CEO de Foodborne Illness -una organización estadounidense, pública y sin fines de lucro, dedicada a la prevención de enfermedades y muerte por patógenos alimentarios-.
La manera correcta, señala, es lavarnos las manos con el agua corriendo y jabón por 20 segundos. Lo ideal es hacerlo antes y después de manipular especies y equipamiento en la cocina.