Un mal puntaje en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) puede ser “el fin del mundo” para muchos jóvenes que buscan continuar con sus estudios, sin embargo algunas historias nos pueden servir para darnos cuenta que no tiene por qué ser así.
Éste es el caso de la viñamarina de 23 años Carolina Águila, quien sacó 450 puntos cuando dio la PSU pero que supo doblarle la mano al destino y terminó siendo becada para ir a la NASA.
Según sus propias palabras, en su etapa escolar no resaltaba por sus notas, y sus compañeros y profesores auguraban que no llegaría lejos. Incluso estuvo a punto de repetir de curso por inasistencia.
Cuando cumplió 17 años, sus padres decidieron matricularla en un 2×1 para que completara su enseñanza media. Y sin saberlo, esto se convirtió en uno de los cambios más importantes de su vida. Conocer las historias de carencias de algunos de sus compañeros la hizo recapacitar sobre qué era lo que ella quería para su futuro.
“Me gustaba mucho la ciencia, siempre me intrigó bastante cómo microorganismos tan pequeños son capaces de tener una maquinaria increíble y quería saber más. Pero independiente de mi pasión y esfuerzo por estudiar, esto no se veía reflejado en mis notas y eso me ponía muy triste”, comentó en conversación con BioBioChile.
Fue entonces cuando optó por enfocarse completamente en los estudios y así poder surgir. Y aunque puso todos sus esfuerzos en dar una buena PSU, los tres meses de anticipación con los que se preparó no fueron suficientes: consiguió 450 puntos.
Mostrando una tenacidad a toda prueba, la joven salió a golpear puertas de diferentes universidades, las que la rechazaban por tener menos de 500 puntos. Eso, hasta que finalmente pudo entrar a estudiar Ingeniería en Biotecnología de la Universidad Andrés Bello de Viña del Mar.
En esta nueva etapa, Carolina comenzó a destacar entre sus compañeros, superando a otros estudiantes que habían alcanzado mayores puntajes en la PSU.
“En mi caso siempre me pregunté cómo nacían los emprendimientos, encontraba genial todo ese nuevo mundo que estaba apareciendo ante mis ojos pero pensaba que jamás se me iba a ocurrir una idea”, aseveró.
Pero no se detuvo, y comenzó a pensar en qué era lo que necesitaba para emprender con un proyecto. “Entonces en mi mente apareció un problema y una tecnología”, enfatizó.
Fue así como un día se sentó en su computador y empezó a buscar problemas en el mundo que no se hayan resuelto y que tuviesen una gran relevancia.
“Luego pensé en aquellas cosas sobre las que más sabía y cómo podía utilizarlas. En mi caso era la biotecnología, así que vi ejemplos de emprendimientos en este rubro y busqué publicaciones idénticas respecto al problema”, puntualizó.
De esta manera surgió Aflox, un producto biotecnológico que elimina las toxinas en los campos agrícolas, en base a un polvo rociador hecho con microorganismos vivos.
“Esto lo sufren países principalmente pobres, por lo que comencé a trabajar en ello, y lo sigo haciendo, para que algún día pueda comercializarse”, precisó.
Además de adjudicarse 10 millones de pesos de parte de la Corfo para un prototipo, esta iniciativa le permitió dar un importante paso al ser becada para una pasantía de tres meses en la Singularity University de Sillicon Valley, conocida como la Universidad de la NASA y que está ubicada en Mountain View, California.
Junto con profundizar en diferentes áreas como la nanotecnología e inteligencia artificial, Águila comenzó a trabajar en SwitchUp, “un programa de 7 días que entrega diferentes herramientas para que las personas puedan eliminar esas barreras y limitaciones que tienen y así poder luchar por sus sueños”.
“Todas las herramientas que entrego son basadas en mi experiencia personal, en todo lo que yo hice y viví en la enseñanza media, en los dibujos y frases que leía en ese momento, en todo lo que me sirvió muchísimo y también en lo que busqué y jamás encontré”, aseguró.
“Estoy trabajando muy duro en esto en la quinta región y hace poco implanté el programa por Skype ya qué hay mucha gente en mi fanpage que me escribe por ayuda. Lamentablemente no puedo estar de forma presencial con ellos”, añadió.
Luego de su retorno a Chile, la viñamarina asegura estar llena de energía para cambiar y generar productos de alto impacto que ayuden a las personas.
“Siento que en Chile hay mucho por hacer, quiero ayudar a las personas acá en mi país en todo lo que pueda y es por eso que aparte de ser científica estoy dando charlas motivacionales (www.charlasmotivacionales.cl) a colegios, universidades y empresas. No por ser científica me limitaré a hacer cosas fuera de mi área”, sentenció.
“Yo sé que las personas en Chile tienen todos un gran potencial, yo de verdad creo en ellos”, reflexionó.
Además de ser fundadora y CEO de Aflox, Carolina Águila cuenta con dos publicaciones en revistas científicas internacionales.