El Consejo de Monumentos de Chile declaró Patrimonio Nacional los archivos incautados de Colonia Dignidad, fundada por el fallecido Paul Schäfer en las cercanías de Parral, región del Maule, donde se cometieron abusos sexuales contra niños y niñas, además de graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
El archivo sobre Colonia Dignidad “constituye el primero de la represión en ser declarado Monumento Nacional”, resaltó una nota de prensa de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad difundida este jueves.
Los documentos “dan cuenta del trabajo de espionaje e inteligencia efectuado” allí desde su asentamiento en Chile en 1961, hasta entrada la década de los noventa, incluyendo el período de la dictadura de Augusto Pinochet (1990-1973).
Los archivos fueron incautados en el interior de Colonia Dignidad entre los años 2000 y 2005, y en ellos quedaron registradas “las acciones que contribuyeron a la comisión de ilícitos y a las violaciones a los derechos humanos perpetradas en Colonia Dignidad”, de los cuales, muchos fueron efectuados por militares de Chile.
“Se trata de documentación de carácter administrativo pero también de documentos derivados del espionaje que la Colonia realizaba sobre todo tipo de personas, incluidas aquellas perseguidas por la dictadura y que en varios casos estuvieron secuestradas en el lugar o que desde ahí desaparecieron”, explicó la nota de prensa.
“La protección de la documentación, sin duda, abrirá caminos para la consecución de verdad, justicia y memoria sobre los crímenes de lesa humanidad perpetrados por Colonia Dignidad y la dictadura cívico militar en Chile”, afirmó Margarita Romero, presidenta de la Asociación.
En abril pasado, Alemania anunció que abriría anticipadamente los archivos más recientes, de entre 1986 y 1996, sobre Colonia Dignidad, una decisión que fue valorada “altamente” por el gobierno chileno.
Fundada en 1961 por el excabo del ejército nazi Paul Schäfer como una obra de beneficencia en el sur chileno, la Colonia albergó por más de tres décadas un oscuro sistema de adoctrinamiento, trabajo esclavista y abusos sexuales a menores perpetrados por su fundador y militares.
Asimismo, durante la dictadura fue utilizado como centro de detención y tortura de presos políticos, muchos de ellos desaparecidos hasta la actualidad.