Gendarmes del Complejo Penitenciario de Valparaíso protestaron por las malas condiciones de salubridad y alimentación que enfrentan al interior de ese penal.
Insectos, heces de roedores o incluso ratones muertos al interior de los casinos y sus cocinas. A eso deben enfrentarse los gendarmes y funcionarios todos los días. Por eso decidieron cerrar la central de alimentos del recinto carcelario para exigir mejoras inmediatas.
Pese a que esta medida de presión los afecta directamente, señalan que la solución a este tema es la modernización de esta área, la que podría concretarse con una licitación cuyo costo sería relativamente menor, alrededor de 90 millones de pesos.
Carlos Fernández, vocero de una de las asociaciones de funcionarios de Gendarmeria, Ansog, aseguró que las actuales autoridades de la institución no tienen la voluntad política para solucionar este tema.
Un estudio realizado en 2017 en todas las cárceles del país por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) da cuenta de la situación de salubridad denunciada por los gendarmes, e incluso en el mismo documento se recomienda implementar mejoras en el servicio de entrega de alimentos, tanto para la población penal como para los alrededor de 370 funcionarios que se desempeñan en este recinto.