Apenas se conoció la renuncia de Jorge Burgos a su titularidad en el Ministerio del Interior, el nombre de Mario Fernández comenzó a repetirse por los pasillos del Palacio de La Moneda para asumir como reemplazante.

“El recién designado Ministro del Interior es abogado de la Universidad de Chile, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Heidelberg, ex ministro de Estado, ex integrante del Tribunal Constitucional, ex embajador, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Chile y militante de la Democracia Cristiana“, destacó el Gobierno en el comunicado donde se ratificó la llegada de Fernández al Gabinete.

Es evidente que Mario Fernández no es un desconocido para lo que fue la Concertación: en los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei fue subsecretario de Aviación y de Guerra, mientras que en la administración de Ricardo Lagos se desempeñó en el Ministerio de Defensa y en la Secretaría General de la Presidencia.

En este último rol -que lidera las relaciones entre el Gobierno y el Congreso- fue que las palabras de Fernández en torno a la Ley de Divorcio que se tramitaba en 2002 calaron hondo en la opinión pública, al confirmar que pidió restarse de esta discusión.

“Estoy contra el divorcio, porque la Iglesia está contra el divorcio. No tengo idea de las razones teológicas, yo no soy teólogo. Creo en todo lo que dice el cardenal. El es mi autoridad religiosa“, afirmó el entonces ministro de la Segpres. Las palabras fueron recordadas en 2008 por La Tercera y recogidas a su vez por el portal de la Conferencia Episcopal.

La publicación indica que Fernández tuvo una fuerte influencia religiosa durante sus estudios en el Liceo de Hombres de Rancagua en la década del ’60, que posteriormente se reafirmó mientras realizó sus estudios de doctorado en Alemania.

En enero de 2006 asumió como ministro del Tribunal Constitucional, instancia en la que su voto fue clave para el rechazo en contra de la distribución de la píldora del día después en los consultorios, que impulsaba la misma administración de Ricardo Lagos.

Su voto en contra generó una aireada reacción desde los partidos oficialistas, incluso de parlamentarios de la DC.

Es menester recordar que el ahora exministro Jorge Burgos presentó sus reparos a uno de los proyectos emblemáticos de la actual administración Bachelet: la despenalización del aborto en tres causales.

Sus reparos apuntaron más que nada a la causal de violación. “Si yo fuera diputado, respecto de la tercera causal estaría en un momento de duda“, afirmó Burgos, lo que le valió numerosas críticas al interior de la Nueva Mayoría.

Ahora queda esperar cuál será la posición del nuevo ministro Mario Fernández sobre esta iniciativa, que ya ha tenido una complicada tramitación en el Congreso.